Correo
Falta de autoridad
Sin perjuicio de reparar que los alumnos del Internado Nacional Barros Arana (INBA) que preparaban y manipulaban elementos explosivos al interior del establecimiento pusieron en grave riesgo la vida de sus compañeros, profesores y administrativos, y del alto poder de destrucción de los artefactos que alistaban -destinados a agredir a carabineros-, el episodio revela la crisis de gestión y autoridad que atraviesa la educación pública.
¿Acaso los directivos y profesores del establecimiento no tenían conocimiento de lo que ocurría? Obviamente que sí, y sin embargo no hicieron nada. ¿Por qué? La respuesta es evidente: o complicidad o falta de autoridad. Pues bien, en ambos casos deben ser removidos y reemplazados por autoridades capaces de ejercer sus deberes y atribuciones y ser verdaderos líderes de bien para los estudiantes.
Todo mal y lamentable.
Francisco Bartolucci Johnston
Dolor y espanto
Dolor y espanto produce lo sucedido en emblemático Internado Nacional Barros Arana (INBA). Alumnos quedaron con graves quemaduras, algunos con peligro de perder la vida al manipular bombas molotov en un baño del colegio.
Arrecian ataques buscando responsables, pero nadie se detiene a pensar en algunos aspectos de la actual crisis educacional de nuestra red pública, con establecimientos en los cuales el director, profesores y paradocentes se enfrentan a estudiantes que desconocen su rol en la sociedad y se comportan como vándalos.
No se percibe la conducción familiar y el antiguo apoderado es un personaje en extinción. En muchos casos es tierra de nadie, con establecimientos en estado calamitoso.
El deterioro y déficit de la educación, lamentablemente, continuará.
Joaquín Ortiz G.
Perros en Parque Quintil
Soy un adulto mayor que con frecuencia hace ejercicios en el parque de la Villa Franklin. El día martes 22 de octubre, en la tarde, sufrí el ataque de una jauría de cuatro perros que viven en el Parque Quintil, recinto a cargo de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso.
Los animales, con una agresividad y virulencia inusitada, además de morderme la pierna y la mano, hicieron pedazos mi ropa deportiva. Gracias a la oportuna y temeraria ayuda de un señor que esperaba locomoción, logramos después de una lucha por varios minutos hacer desistir y retirarse la jauría, que retornó al recinto antes señalado.
Dejo presente esta constancia/reclamo, dado que el recinto aludido es visitado con frecuencia por familias con sus hijos menores. Adicionalmente, hago saber que en noviembre de 2021, unos perros dieron muerte a un pequeño animalito que había ingresado junto a una familia que visitó el recinto en comento.
Finalmente, pido que se tomen las medidas pertinentes antes de que haya una tragedia mayor que lamentar.
Omar Contreras Aranda
Secreto bancario
En el reciente debate sobre la flexibilización del secreto bancario, hace unos meses se advirtió que dicha medida podría vulnerar la privacidad y, por ende, la dignidad humana. Esta preocupación ha sido confirmada por un reciente fallo del Tribunal Constitucional, que establece límites claros al acceso a información financiera sin autorización judicial.
La privacidad, en su dimensión de confidencialidad de los datos bancarios, no es simplemente un derecho técnico, sino una manifestación directa de la dignidad de las personas y restringir el acceso indiscriminado del Estado a estos datos reafirma la primacía de la dignidad humana frente a cualquier intromisión injustificada.
Si bien el argumento de flexibilizar el secreto bancario en aras de mejorar la persecución de delitos puede ser relevante en ciertos contextos, implica un riesgo significativo y no es aceptable sacrificar derechos fundamentales bajo el pretexto de una supuesta mayor eficiencia, pues el acceso irrestricto a información financiera sin control judicial es inconstitucional y así lo ha entendido el Tribunal Constitucional.
Jorge Gacitúa Muñoz Abogado Académico Derecho Constitucional, Universidad San Sebastián
Uso del celular
Ante la intensificación del debate público en torno al uso y restricción/prohibición de celulares y otros dispositivos móviles en establecimientos educacionales, es crucial analizar los pros y contras de estas medidas.
Diversos aportes científicos plantean los perjuicios para la salud de los menores que genera el uso excesivo de dichos dispositivos, más aún ante la inexistencia de un control familiar y escolar. Y tienen toda la razón.
Sin embargo, esas mismas niñas y niños son parte de una generación que deberá responder a requerimientos de una sociedad cada vez más tecnologizada, que requiere un desarrollo de competencias digitales y pensamiento crítico.
Entonces, una forma de lidiar con ambas posturas, por un lado el cuidado y salud de los menores y, por otra, su preparación mediante el desarrollo de habilidades tecnológicas para desempeñarse en un futuro próximo, recae en las estrategias que familias y escuelas pueden gestionar responsablemente.
En ambos espacios -familia y aulas- el celular y otras tecnologías pueden posicionarse como herramientas pedagógicas que contribuyan a la formación. Por ejemplo, los menores pueden aprender a utilizar de manera correcta información valiosa vinculada a la formación de hábitos, actitudes de respeto, autocuidado; y escolarmente, como un repositorio de información a procesar para aprender los desafíos que el currículum escolar impone.
Por tanto, lejos de la mera prohibición del uso de dichos dispositivos en las aulas, propongo que desde los académicos comprendamos el valor educativo que podemos aprovechar en ellos y crear instancias de aprendizaje donde los incorporemos.
Aldo Montenegro González Magíster en Gestión y Liderazgo Escolar, académico U. Finis Terrae
Prescindencia
Al parecer, será mejor en adelante prescindir del pisco sour en nuestros aperitivos.
Rodrigo Reyes Sangermani