Pocas veces los comicios locales y regionales han estado tan marcados por la incertidumbre, que no sólo remite a la incorporación del voto obligatorio y la correspondiente irrupción de una nueva figura cuyas inclinaciones políticas se desconocen -la del elector obligado-; a los resultados que configurarán cambios en la correlación de fuerzas en colectividades y coaliciones, y a los obvios cálculos con miras a las legislativas y presidenciales del próximo año.

La incertidumbre apunta también a lo que uno de los analistas consultados en este reportaje denomina la "prueba de legitimidad" de los partidos, en términos de su capacidad de captar niveles de apoyo ciudadano que avalen su representatividad o, por el contrario, de contribuir significativamente a incrementar el cúmulo de votos nulos y blancos, como fórmula de castigo.

No por nada el analista y académico de la Universidad Central, Marco Moreno, recordó en una reciente entrevista que en "la elección del Consejo Constitucional, ya con voto obligatorio, hubo casi 2 millones 600 mil sufragios con votos nulos y blancos".

Peligroso alejamiento

La creciente distancia entre el mundo político y la ciudadanía va a ser un elemento clave a la hora de analizar los resultados de los comicios.

De acuerdo a la última encuesta nacional del Centro de Estudios Públicos -CEP-, publicada a comienzos de este mes, el 63% de los ciudadanos no se identifica con ningún partido.

Además, sólo el 24% de los encuestados tiene confianza en los municipios, 8% en el Congreso y 4% en los partidos. A nivel regional, mientras en 2017 la evaluación positiva promedio de los alcaldes bordeaba el 50%, en 2023 cayó a 24%, según los estudios de opinión de la Fundación Piensa.

El académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, experto en comunicación política, habla en su columna de hoy (página 3) de "un peligroso y silencioso alejamiento del electorado ante las figuras de representación nacional y local".

"Hay una creciente evasión ante propuestas, proyectos y visiones políticas que pone en cuestionamiento la legitimidad de los partidos y los mecanismos internos de vinculación con las comunidades", sostiene.

Y agrega que "cuando opera una sucesión de crisis con la complejidad de la que hemos sido testigos como sociedad, deambulando de un polo a otro del espectro político, la ciudadanía construye un presente pesimista, pragmático y de descarte sistémico hacia las opciones electorales".

En este enrarecido clima, intensificado por los escándalos del Caso Hermosilla y la caída del exencargado de la seguridad pública del país, denunciado por violación -y sus correspondientes daños colaterales-, se están celebrando las elecciones cuyas claves revisan tres académicos y analistas políticos.

Identidades ocultas

¿Qué se juega en las elecciones que concluyen hoy, en que según la última encuesta del CEP el 53% de los electores no estaba seguro de por quién votaría y mucho más de la mitad no se identificaba con partido alguno?

Los partidos tradicionales tendrán una prueba de legitimidad, porque si bien han sido fuertemente impugnados desde los años 90, "este es el primer momento desde la recuperación de la democracia en que esconden sus marcas en las campañas", hasta el punto que ha sido prácticamente imposible distinguir a qué colectividad pertenecen muchos de los candidatos, sostiene el doctor Marcelo Mella, académico del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Santiago (USACH), de modo que le parece importante observar cómo se refleja esa crisis en las urnas.

Asimismo, el analista tiende a pensar que tanto independientes como las tiendas de la derecha extrema -partidos Social Cristiano y Republicano-, que han tenido capacidad de conformar listas con mayor número de candidaturas, serán los primeros en celebrar porque probablemente obtengan buen desempeño en la representación regional y comunal.

Rendimiento y cambios

El abogado y académico José Francisco Lagos, director ejecutivo del Instituto Res Publica, dice que la incorporación del voto obligatorio a los comicios locales les va a aportar novedad en términos de participación, a la vez que se realizan en un escenario completamente distinto a las últimas municipales, que estuvieron muy centradas en el tema constitucional.

Por eso le parece "evidente que va a haber cambios", los que a su juicio serán perjudiciales para el oficialismo "que no ha hecho un control de daños respecto a lo que pueda pasar, está aspirando a mantener lo que hoy día existe y me parece que ese escenario no se va a repetir". En tanto, para la oposición serán una señal en el sentido de no sobredimensionar el resultado. "No por ganar municipalidades significa que hay un trabajo extraordinariamente hecho, sino que se está volviendo a una situación de 'normalidad" tras el paréntesis en el ciclo electoral post 18-O.

Respecto de los partidos, Lagos, también magíster en estudios políticos y columnista, piensa que "tanto en el oficialismo como en la oposición hay una disputa por la hegemonía y las elecciones municipales contribuyen a despejar esas variables", a la vez que plantea que todos los procesos electorales en medio del periodo presidencial "son una especie de evaluación al Gobierno", como también "tienen la importancia de generar líderes locales que puedan ser cruciales para el apoyo a la elección presidencial y parlamentaria".

Aparte del aumento en la participación que generará el voto obligatorio, el analista político y académico de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, remarca que como producto del proceso electoral, que tiene más de 18 mil candidatos a nivel nacional, cambiarán muchas de las autoridades comunales y regionales "y en términos de los efectos más políticos, aquí está en juego de alguna manera el rendimiento electoral del oficialismo y la oposición, de manera que va a ser relevante analizar los resultados que obtengan las distintas coaliciones" y la correlación de fuerzas en su interior.

Rosa Zamora Cabrera

rosa.zamora@mercuriovalpo.cl