"Sin nuevos y mejores mecanismos de control, los alcaldes terminan ejerciendo mucho poder"
Cualquier reforma que se plantee para el sistema municipal "debe venir de la mano con nuevos, mayores, mejores y más eficaces mecanismos de control", porque de lo contrario "los alcaldes terminan ejerciendo mucho poder en los territorios, y eso siempre es perjudicial para la democracia", sostiene el doctor en Historia Aníbal Pérez Contreras, director del Departamento de Género, Política y Cultura de la Universidad de Playa Ancha.
Autor de Clientelismo en Chile. Historia presente de una costumbre política (1992-2012), considerado un aporte indispensable para reevaluar las características de nuestro sistema político, el académico e investigador es un profundo conocedor de la realidad municipal, y desde esa perspectiva aborda algunos de los principales problemas del poder local hoy sometido a escrutinio ciudadano.
Sorpresas posibles
- ¿Qué sorpresa nos pueden deparar los resultados de las elecciones municipales?
- El margen de electores nuevos, que no sabemos cómo sufragan, podría deparar sorpresas, ya que la ampliación del universo de votantes puede afectar los procesos de reelección. Pienso que esta elección nos permitirá saber también si la municipal sigue siendo una lógica de relaciones interpersonales, de movilización electoral con rasgos más clientelares, o en su defecto va a ser un voto más identitario -de género, por ejemplo-, o bien vamos a tener un voto más cercano a los partidos y el eje programático clásico que propone la democracia. Nos va a dar pistas de qué es lo que está cambiando en los electores.
- ¿Y en Valparaíso y Viña?
- Creo que el eje Viña del Mar-Valparaíso está interesante porque el escenario nos va a poder evidenciar si gestiones municipales que llegaron con el discurso del cambio y la renovación, que son además generacionalmente comunes, como las de Ripamonti y Sharp, pero donde una va por una coalición oficialista clásica de partidos, y el otro tiene una retórica más de corte tradicional populista, en el sentido de ser crítico a los partidos, anti elite, etcétera, tienen o no la capacidad de reelegirse.
Oposición y control
- ¿Podría ocurrir que por la multiplicidad de candidaturas y la irrupción de independientes los alcaldes elegidos no tengan mayorías aplastantes de concejales y enfrenten mayor control?
- Puede haber eso. Las nuevas tendencias indican que el sistema democrático, que supone un relato universal clásico, donde está el ciudadano o ciudadana y punto, se ha ido fragmentando por las demandas particulares de distintos grupos: mujeres, étnicos, movimientos Lgtb. Las formas de identificación con la política son hoy mucho más fragmentarias que antes, y es posible que esa dinámica abra la puerta para que candidatos de corte independiente logren instalarse en el sistema político.
- ¿En ese escenario podría desaparecer en parte lo que usted ha dicho en el sentido que por décadas los alcaldes han estado acostumbrados a ser patrones de fundo?
- Esa frase la saqué de un trabajo de campo, me la dijo una dirigenta, y hacía referencia a las atribuciones y al poder que poseen los alcaldes. Creo que en la medida que disminuyan los mecanismos de control, que haya menos oposición, esas atribuciones aumentan y eso es peligroso. Es recomendable y sano que exista oposición en los concejos, pero también mecanismos autónomos de control, sobre todo en la línea de los gastos y atribuciones. Me parece que cualquier reforma que se le quiera hacer al sistema municipal en términos de descentralización y entrega de mayores atribuciones, debe venir de la mano con nuevos, mayores, mejores y más eficaces mecanismos de control, porque ya hemos visto que de lo contrario los alcaldes terminan ejerciendo mucho poder en los territorios y eso siempre es perjudicial para la democracia, independientemente del color político.
Un apoyo a la baja
- ¿Qué ha cambiado para que la evaluación positiva promedio de los alcaldes de esta región, que en 2017 bordeaba el 50%, haya bajado a 24% en 2023 según las encuestas de Fundación Piensa?
- Si en general la evaluación al sistema político era mala, dentro lo malo los únicos que se salvaba eran los alcaldes, y eso era porque son el último eslabón del Estado. Y dado el modelo heredado de la dictadura y profundizado durante la transición, el alcalde siguió siendo el ente aplicador de la política social focalizada, lo que le permitió tener una relación cara a cara con la ciudadanía, articulando el límite poroso entre el Estado y la sociedad civil. Creo que eso les sirvió para tener mejor aprobación. La gente evalúa positivamente al alcalde presente, aunque según la teoría democrática, la solución de sus problemas no debería depender del vínculo con una autoridad personalizada, sino funcionar como una estructura abstracta que opera impersonalmente. Es decir, si yo quiero solucionar mi problema no necesito hacerme amigo del alcalde, sino exigir mi derecho de que el municipio y el Estado funcionen impersonalmente.
- Pero no ocurre así.
- Eso es lo que debería ser. Lo paradojal de esto es que la gente, culturalmente, pide un político carismático, le gusta eso. Y es un arma de doble filo porque dado que el alcalde es el principal conector entre el Estado y la sociedad civil, lo ve como la persona que le puede solucionar los problemas. Pero también como la que no se los soluciona.
LA CORRUPCIÓN
- ¿La corrupción también incide en la caída de la evaluación? Según la última CEP sólo el 24% de la gente confía en los municipios. Y en esta región hay seis alcaldes investigados por la Fiscalía por eventuales delitos, entre ellos estafas reiteradas contra comités de vivienda.
- Los mecanismos de control son los únicos que aseguran detener esto. ¿En Chile hay corrupción? Hay corrupción. ¿Eso ha afectado a los municipios? Absolutamente, por la continuidad de atribuciones potentes y con débiles mecanismos de control que han tenido las municipalidades. Pero si uno lo compara con Latinoamérica, aquí los índices aún siguen siendo "más bajos" que en otros países, hasta donde conocemos. ¿Y por qué lo conocemos? Porque igual tenemos un mecanismo institucional y de control que es funcional, sin el cual no podríamos conocer la corrupción.
EL CLIENTELISMO
- En sus publicaciones ha abordado el clientelismo en los periodos de Hernán Pinto y Virginia Reginato. ¿En las actuales administraciones del oficialismo y a la izquierda del conglomerado ha persistido ese fenómeno?
- Yo creo que sí porque es una costumbre política. Si uno mira el clientelismo sólo desde el punto de vista de la autoridad, podría notar intentos de cambio, pero el problema es que es bidireccional. La otra parte es la gente que busca soluciones a sus problemas concretos en las juntas de vecinos, en los centros de madres, y negocia su apoyo electoral. Cuando asumieron, los líderes de los municipios que venían con la retórica del cambio, anti corrupción, anti clientelar y todo lo demás, eran muy optimistas de los cambios que iban a realizar y que iban a transformar esto. Yo más bien era escéptico, porque ellos no habían entendido que el clientelismo es una costumbre política, una forma de hacer política que está impregnada en las relaciones sociales. ¿Qué pasa cuando un dirigente de una asociación X le va a pedir cosas a la autoridad? Al final se las concede porque necesita fidelizar votos; porque en Chile el rol de los concejales se confunde con labor social, y tercero porque en el fondo es una forma de construir capital social y político. Entonces es muy difícil cambiarlo.
- ¿Cómo se podría acabar con el clientelismo?
- Habría que avanzar en niveles de impersonalización de la política. Es decir, que los beneficios que entrega el municipio no sean vinculados a la figura del alcalde, sino a la estructura institucional o al Estado; al derecho y no al favor. El problema es que, visto desde la ciudadanía, nuestra estructura política tiene mucho de reglas informales. Por eso creo que para entender bien el sistema político, hay que hacer historia de las reglas informales, porque ahí se juega mucho de la democracia. 2
Nuestra estructura política tiene mucho de reglas informales. Para entender bien el sistema político hay que hacer historia de las reglas informales, porque ahí se juega mucho de la democracia".
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl
"las elecciones nos van a dar pistas de qué es lo que está cambiando en los electores".
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