"Ya llevamos tres años en Primera B y serían cuatro, con una gestión deficitaria, débil y poco profesional"
El bochornoso episodio ocurrido el pasado 20 de octubre en Playa Ancha, cuando Wanderers no pudo saltar al campo de juego a definir su paso a la liguilla de ascenso ante la Universidad de Concepción, por la ausencia de guardias en el estadio, caló hondo en la hinchada caturra. Y más aún, luego de que esta semana la Segunda Sala del Tribunal de Disciplina de la ANFP revocara la desafiliación de Barnechea, decisión que deja al Decano sin posibilidad de sumar cinco puntos y, por ende, fuera de la postemporada.
Hoy los porteños requieren de un milagro para llegar a la liguilla: que la ANFP reprograme el partido ante el Campanil y que los dirigidos por Héctor Robles logren un triunfo. Sin embargo, la más probable resolución le entregaría los tres puntos al cuadro sureño, resignando a los caturros a consumar su cuarto año consecutivo en la segunda categoría.
Para Mario Oyer, expresidente de la Corporación Santiago Wanderers entre los años 2015 y 2022, quedar fuera de la carrera por el ascenso por un error dirigencial, es una muestra más de la que, asegura, ha sido una gestión "amateur" de la sociedad anónima caturra.
- Con el fallo que revoca la desafiliación de Barnechea, ¿se confirma el peor escenario? ¿Un error dirigencial dejará a Wanderers fuera de la liguilla de ascenso?
- Esto es el corolario de una serie de situaciones que ya habían ocurrido, que incluyen las deudas con el arriendo del estadio, con los servicios de aseo, con los guardias, con la Corporación Santiago Wanderers. Es una falta de respeto para la institución, para la historia, es una falta de respeto para los socios e hinchas. Wanderers no se merece ese trato y necesita cambios urgentes en la dirección, en la forma de llevar adelante el club.
- ¿Cree que esa forma de llevar el club ha sido poco profesional?
- Lamentablemente, denota un trabajo más bien amateur, que de un club profesional. Hay una serie de malas decisiones, jugadores que en general no han rendido, jugadores que no tienen experiencia, jugadores que están ligados solamente a un representante, un representante que se hace llamar amigo, que le dice 'jefe' al presidente de la Comisión Fútbol, Andrés Sánchez. Entonces, ahí ya denota una serie de situaciones irregulares. Creo que no han puesto todo el profesionalismo, el respeto y el cariño que se merece esta institución.
- Usted representó por siete años a los socios de Wanderers. ¿Cuál es la sensación hoy del hincha?
- Hay una serie de sensaciones que sentimos los wanderinos más militantes, por decirlo de alguna manera. La sensación es de hastío, es de ya decir basta. Es una situación límite, que te lleva a decir 'no podemos caer más bajo'. Afortunadamente, el hincha o socio militante es una persona que no cambia de sentimiento: la pasión, el cariño y la buena actitud jamás te la van a quitar. Es un sentimiento arraigado de la familia, de la pasión, de la historia, del patrimonio, del ser porteño. Pero, con la misma fuerza, vemos un carrusel de sensaciones con rabia, impotencia, tristeza.
- ¿Es momento de cambios en la dirección del club?
- Yo creo que llegó el momento de estudiar posibles salidas al contrato (de concesión del club, hasta 2038), y en eso, por supuesto, estamos absolutamente alineados. Ya estamos trabajando en ello. Puede que resulte, o puede que no, pero al menos el llamado hoy día al socio, a la socia, al hincha, incluso al que nos tiene cierto cariño (a la Corporación Wanderers), es a la unión, a la colaboración, porque sin aquello, no lo vamos a lograr. Sabemos que la ley de sociedades anónimas deportivas es una ley extremadamente mala para los socios, para las organizaciones, para los dueños reales de los clubes, que son los socios. Hoy el llamado es a ponerse el overol, otra vez, como cuando se levantó la corporación, cuando esta no era nada, cuando estaba jibarizada, congelada, y la dejamos en una posición bastante más reconocida. Entonces, el llamado es a la unidad y al trabajo.
- ¿Qué le parece que tres directivos del club como Rafael González, Andrés Sánchez y Rodrigo Feldstedt hayan presentado candidaturas políticas, mientras Wanderers se jugaba el ascenso?
- Primero, me parece muy bien que no hayan salido (electos) ninguno de los tres. Con Wanderers no se juega. Wanderers, cuando te llama a ejecutar un rol, tienes que hacerlo de la mejor manera posible. Creo que cada persona es libre de postularse a un cargo político, pero no puedes -y ahí es donde uno pone el punto-, no puedes jugar con Wanderers, y no poner todo de tu parte para que salgan las cosas bien en el club, si estás preocupado de otra situación. Al final, te das cuenta que no fueron electos porque lo hacen mal en cualquier arena de la sociedad: en la política y en Wanderers.
- Hace algunos meses, Reinaldo Sánchez señaló que tenía intenciones de vender el club y que ya había recibido varias ofertas. ¿Qué le parece esta opción?
- Cualquier persona que venga aquí, que esté interesada en comprar el paquete accionario de los Sánchez, que es alrededor del 60-70%, evidentemente tiene que tener claridad de que solo le faltan 14 años por explotar esta concesión. Y tienen que saberlo, porque en el año 2038 se acaba la concesión y en junio de 2036 tenemos que hacer una asamblea. Lo tengo anotado ahí, en mi agenda. La verdad es que Reinaldo Sánchez tiene la libertad de vender sus acciones a quien quiera, y en el momento en que quiera. Pero ahí tenemos que tener la voz fiscalizadora de la corporación, con los dos miembros en el directorio y, por supuesto, con toda la asamblea detrás.
- ¿Debe seguir la familia Sánchez al mando de Santiago Wanderers?
- La evaluación que se hace hoy es pésima. Pésima, incluso, por las señales que dan. Hace poco se supo que Andrés Sánchez, presidente de la Comisión de Fútbol, ratificó a Héctor Robles en la dirección del año 2025. Y todos sabemos los anticuerpos que genera Héctor Robles en todo el plantel, en todo el club, en todas las esferas. Además, es un director técnico que fue desvinculado hace dos o tres meses de Wanderers, y a las 48 horas era recontratado. Creo que Héctor Robles no es el técnico indicado para intentar subir en la Primera B del año 2025. Sea el final que sea, no es el indicado. En cuanto a la directiva, hoy ya llevamos tres años en la Primera B. El próximo año sería el cuarto, con una gestión deficitaria, una gestión débil, una gestión poco profesional. Entonces, si me paro a evaluar hoy en día, evidentemente no tiene por dónde sostenerse esta dirección, este mal mandato.
"Lamentablemente, denota un trabajo más bien amateur, que de un club profesional. Hay una serie de malas decisiones, jugadores que en general no han rendido, (...) jugadores que están ligados solamente a un representante".
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