El tiempo de los cementerios
Al volver a Chile, viene a la memoria el cementerio de San Pedro de Atacama, con la tumba del sacerdote belga Gustavo Le Paige. O el impresionante cementerio de Punta Arenas, otro lugar monumental que rinde homenaje a los colonizadores y naturales que entregaron sus vidas en la región patagónica".
Pertenezco a la generación que acompañaba a los padres y abuelos a orar y dejar flores al cementerio. Visité el Cementerio de Playa Ancha, aprendí a ubicar en medio de sus pasillos las tumbas de nuestros antepasados. Migrantes de Francia y Cataluña, se preocuparon de tener su lugar para contar con el sitio de reposo.
En ocasiones, los abuelos seguían la ruta al Cementerio N°1 del cerro Panteón, y al colindante N°2 de Disidentes. El tributo a amigos que habían partido, me impactaba en medio de la monumentalidad de las criptas. La mayoría inmigrantes que aportaron al destino porteño con su trabajo y legado, y ahora descansan en el cementerio más antiguo de Valparaíso.
En viaje por Italia, pasé unos días en Génova. Muchos italianos radicados en nuestro país son ligures y me aconsejaban visitar el cementerio monumental de Staglieno, fundado en 1851. Quedó grabada en mi memoria La dama del maní, escultura de Caterina Campodonico, vendedora de collares de avellana, inmortalizada en 1881 por el escultor Lorenzo Orengo, y el mausoleo de la familia Pienovi con reconocidos descendientes en Chile.
En París, seguí la ruta del cementerio de Père Lachaise. Abierto en 1804, recuerda al sacerdote jesuita confesor de Luis XIV. Ubicado en la Rue du Repos, en el distrito XX de la capital francesa, acoge los restos de Frédéric Chopin, Oscar Wilde, Eugène Delacroix, entre unas 70.000 tumbas. Tal vez, la más visitada sea la sepultura de Édith Piaf, siempre con rosas que tributan a la intérprete de No me arrepiento de nada y El Himno al Amor. También impacta en París el Panteón, con las tumbas de los filósofos ilustrados y literatos del romanticismo.
En Bretaña, conmueve recorrer las cruces y 9.387 lápidas por los soldados norteamericanos caídos el 6 de junio de 1944, en el Desembarco de Normandía. Cercano a Caen, en Colleville sur mer, el estratégico ataque en Omaha Beach fue momento clave de la debacle germana. Un memorial y el llamado Jardín de los Desaparecidos dan un tono solemne a la visita. El mismo impacto ofrece el Cementerio de Arlington, en Washington.
La Basílica de San Juan, en estilo neogótico, domina desde la colina el casco viejo de Quito. Se inició en 1884, en sus cimientos la cripta reúne importantes familias ecuatorianas, incluidos varios presidentes. Otro cementerio impactante es San Telmo, en Buenos Aires. Aunque Evita Perón falleció en 1952, el recorrido por las criptas monumentales obliga a detenerse ante la inolvidable mujer que dejó una huella de admiración popular que aún alimenta su leyenda. En estos días, transitan por las calles de México, las calaveras en el desfile de Las Catrinas, con el mensaje de Coco, "nadie muere mientras vive en nuestro recuerdo".
Al volver a Chile, viene a la memoria el cementerio de San Pedro de Atacama, en medio del salar, con la tumba del sacerdote belga Gustavo Le Paige. También el Cementerio General en Santiago, con el legado de historia, glorias y penas que son parte de sus tumbas. Y el impresionante cementerio de Punta Arenas, otro lugar monumental que rinde homenaje a colonizadores y naturales que entregaron sus vidas en la región patagónica.
Una reflexión final para el cementerio de Puerto Octay, que domina el norte del Lago Llanquihue, dejando para sus "habitantes" una de las mejores vistas que se puede disfrutar entre las rústicas tumbas de nuestro sur vital, húmedo, palpitante, con la belleza como postal a la esperanza y la eternidad. 2
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