"Si no producimos más salmones, va a ser cada vez más caro y de difícil acceso"
En 2020 se creó el Consejo Consultivo del Salmón, entidad que reúne cinco empresas productoras. Su directora ejecutiva es Loreto Seguel, ingeniera civil que tiene una larga trayectoria tanto en el servicio público como en el privado. "Haber estado en el Estado, en el gobierno del presidente Piñera, haber tenido distintos cargos, ser emprendedora, creo que ha sido un aporte para el desafío que tengo en el Consejo del Salmón", asegura.
- Ud. fue ministra directora de Sernam, ¿qué le parece la forma en que el Gobierno ha abordado el tema de Monsalve?
- Me pasa, y ahí muy importante y clara, que en el rol gremial que hoy día tengo, no me corresponde hacer opiniones políticas respecto de actuales autoridades. No corresponde por el rol que ejerzo. Lo que sí tengo claro, y que no tiene nada que ver, es que voy a tener una responsabilidad pública para el resto de la vida: haber sido ministra de la mujer a uno le da una responsabilidad ineludible con las mujeres de Chile.
- ¿Cómo canaliza eso?
- Desde este Consejo nosotros hemos apoyado con fuerza algo inédito que es la red de mujeres salmoneras. Ha juntado los liderazgos de todas las mujeres que son parte de la industria, que tienen cargos sindicales y que de alguna manera representan a muchas otras mujeres. Entonces, ésa es la forma que yo tengo hoy día para poder canalizar, y de esas cosas puedo hablar. Pero no me corresponde a mí, en un rol gremial, opinar respecto del desempeño de una u otra autoridad, porque creo que ya tenemos con la industria salmonera una industria política suficiente.
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- A propósito de la industria, ésta siempre ha sido muy criticada. ¿Qué pasa con ello?
- Hay desafíos y responsabilidades, por supuesto, pero estamos llenos de mitos y desinformación (...). Estuvimos callados por mucho tiempo y yo creo que esas son las cosas que hoy día el Consejo del Salmón ha ido fuertemente cambiando. Nos gustaba hablar de lo bonito y lo bueno, y creo que hoy día el Consejo habla de lo bonito, lo bueno, lo malo y lo feo. Hoy día el Consejo ha puesto un sello con sus empresas productoras de hablar en forma creíble. Y para ser creíble, tú tienes que hablar de todo. (...) Hoy día, el gran desafío comunicacional es ser capaces de poder informar adecuadamente con los datos duros que permitan, efectivamente, poder sacar ese mito. Y esos mitos, hoy día, nos hacen mucho daño porque no nos permiten avanzar.
- ¿Esto tiene que ver con el uso de antibióticos?
- Por supuesto que el uso de antibióticos es un tremendo mito. En ese sentido, lo he dicho ahora fuerte y claro: el salmón chileno usa antibióticos, pero no tiene antibióticos. Usa antibióticos como muchas proteínas y como parte de la vida porque los animales se enferman. Los salmones se enferman, por lo tanto, el uso de antibióticos para el bienestar animal es esencial. Y eso está normado. Hoy día hay una robustez en el SAG, en Sernapesca que norma ex - ante el uso de productos farmacológicos para el tratamiento de enfermedades de los animales. Y entre ellos están los salmones. (...). Si no, no podríamos exportar hoy día a más de 100 países. (...) Esa regulación y esa normativa es la que todas las empresas productoras de salmón tenemos. Por lo tanto, no tenemos antibióticos, pero también es importante decirlo. Los usamos porque si no los animales se morirían. Un indicador importante son las mortalidades: la industria salmonera chilena tiene menos del 8% de mortalidad y países competidores, están cerca del 20%.
- ¿Esto ha implicado que haya menos gente consumiendo salmón dentro del país? ¿O tiene más que ver con el precio de éste?
- Mientras no solucionemos y no tengamos una política para desarrollar la industria, el salmón cada vez va a ser más caro. Porque estamos estancados y no podemos aumentar la oferta, y la demanda es muy alta. La demanda en el mundo por salmón chileno es gigante. (...) Como la demanda es tan alta afuera, como los estándares para producir son más exigentes, si no aumentamos la oferta del salmón, si no podemos producir más salmones, va a ser cada vez más caro y el acceso también va a ser muy difícil.
- ¿Y ahí topan con el tema legal solamente?
- Hoy día, efectivamente, yo creo que es la normativa, la regulación y también una decisión, muchas veces, ideológica del Gobierno.
- ¿De éste o de todos los gobiernos?
- En particular, éste es un gobierno que se declaró ecologista. Y hemos tenido igualmente dificultades. Creo que sí, es verdad, que el sello del Consejo del Salmón siempre ha sido un diálogo franco y mancomunado con la autoridad. Nosotros creemos firmemente en la alianza público-privada. Nosotros podemos tener profundas diferencias con la autoridad, pero creo que siempre el Consejo ha estado a la altura de trabajar y establecer los lazos de confianza con la autoridad. No ha sido fácil, creo que hemos ido de menos a más. Creo que, como Consejo, valoramos que, por ejemplo, el ministro Grau, desde hace poco, se está refiriendo a la salmonicultura como relevante. Hace dos años era impensado. Lo valoramos. Lo que pasa es que no es suficiente. Y yo creo que ahí nosotros hoy día lo que estamos hablando con la autoridad y estamos trabajando es en tener resultados concretos. (...) El propósito del Consejo del Salmón es impulsar, desde esta asociación gremial, una salmonicultura sostenible para Chile y también para el bienestar de las personas. Nosotros no nos perdemos en eso. Por lo tanto, el tema de la sostenibilidad es parte del ADN que tenemos. Pero siento que ahí necesitamos seguir avanzando con la autoridad. Una industria de país como la salmonicultura no puede avanzar sola. Necesita del estamento público. Necesita de los gobiernos. De este, el próximo y de los siguientes. Países como Noruega declararon como una política de Estado que de aquí al 2050 van a quintuplicar su producción. Escocia declaró como una política de Estado que tiene que crecer al 50% de su producción. ¿Y Chile? ¿Cuándo nos vamos a sentar para proyectar los próximos 10, 20 o 30 años?
- ¿Y la nueva ley de pesca que se está discutiendo en el Congreso los considera?
- Lo que nosotros hoy día necesitamos es que, prontamente, se comience la tramitación de una nueva ley de acuicultura. (...) Una nueva que sea moderna, flexible, que reconozca que efectivamente hay variabilidades en la producción, que tenemos que hacer una producción sostenible, que haga un ordenamiento territorial, que declare con fuerza que esta industria tiene que crecer y desarrollarse, sosteniblemente, pero tiene que declararlo la ley. Si no, en el fondo la pregunta es ¿qué vamos a hacer? Los otros países siguen creciendo, siguen avanzando y nosotros estamos estancados. (...) Tenemos el deber de sentarnos a proyectar la industria que le cambió la cara al sur de Chile. Eso es una responsabilidad. (...) La salmonicultura en Chile es una industria política que requiere de la política, de la buena política, de la política pública, no de la política partidista, requiere de la política pública.
Desde esa perspectiva asegura que el hecho de "entender los códigos de la política, entender los lenguajes, conocer el Estado, conocer el entramado estatal, creo que ha sido para mí un apoyo y un conocimiento que hoy día lo valoro más que nunca al enfrentar este desafío", como directora ejecutiva. Y añade: "Yo soy una hincha de la vocación pública, creo que tenemos un Estado chileno muy frágil y cuando uno lo conoce entiende también cómo puede aportar, pero también cómo puede exigir".
- ¿A qué se refiere con Estado frágil?
- Lo que pasa es que el Estado chileno es un Estado que efectivamente en el tiempo ha ido perdiendo robustez. Nos hemos ido quedando muchas veces con la simpleza de las cosas y nos falta hoy día hacernos cargo. Por ejemplo, la ley Lafkenche (que estableció un mecanismo para destinar un Espacio Marítimo Costero de los Pueblos Originarios), que es una ley cuyo origen es muy noble, muy importante. El tema es que se hace la ley, se implementa la ley y no nos hacemos cargo de evaluar cómo va esa implementación, y eso nos pasa en todo orden de cosas. Nosotros tenemos que tener la capacidad de poder evaluar cómo están funcionando las leyes, las normativas y las regulaciones que son parte de nuestro Estado. Si no las evaluamos, se siguen perpetuando malas prácticas, cosas que no funcionan bien y eso le hace mucho daño al final a los chilenos y chilenas. Entonces, yo diría que es frágil porque nos ha faltado hacernos cargo de este círculo virtuoso.
- ¿Ud. cree que el tema del estallido social también lo afectó?
- Hay temas sociales políticos y públicos que el estallido social dejó al descubierto y que no hemos sido capaces de hacernos cargo. Y ahí yo lo único que puedo decir es que tenemos un deber todos desde el lugar que estemos. (...) Por primera vez esta industria está trabajando con la OIT, tiene un ecosistema de trabajo robusto con el mundo de dirigentes sindicales. Eso para mí es hacerse cargo de lo que dejó el estallido social al desnudo. 2
Países como Noruega declararon como una política de Estado que de aquí al 2050 van a quintuplicar su producción. Escocia declaró como una política de Estado que tiene que crecer al 50% de su producción. ¿Y Chile?".
Flor Arbulú Aguilera
flor.arbulu@mercuriovalpo.cl
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"Éste es un gobierno que se declaró ecologista. Y hemos tenido igualmente dificultades", dice.