El olvido del riesgo de un tsunami
Los especialistas advierten que lo peor que pueden hacer autoridades y ciudadanos es perder la memoria sobre sus tragedias. Tampoco existe una red de bocinas instalada en el borde costero que sea capaz de alertar a los bañistas que se encuentren en las zonas de riesgo, como Viña y Concón.
En un ejercicio que siempre es necesario, el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) conmemoró el Día Mundial de Concienciación sobre Tsunamis con una exhibición orientada a educar a los estudiantes entre 1° y 8° básico sobre cómo actuar ante una emergencia que, aseguran los especialistas, podría ocurrir dentro de los próximos años. Para los expertos presentes en la jornada del martes, realizada en el Museo Marítimo Nacional de Valparaíso, uno de los principales riesgos es, precisamente, perder la memoria sobre los graves impactos que representa uno de los desastres más peligrosos de nuestro país. Por ello, actividades como la liderada por Cigiden son fundamentales, aunque por estos días sean esfuerzos solitarios en un país marcado por el olvido de sus propias tragedias. Pronto se cumplirán 15 años del terremoto y tsunami de febrero de 2010, y en muchos puntos del borde costero no hay letreros de advertencia ni señalizaciones sobre las vías de evacuación. Peor aún, la falta de ejercicios y simulacros constantes ha puesto a la población en un lamentable estado de ignorancia sobre lo que debe hacer cuando se repita esta emergencia. Tampoco existe una red de bocinas instalada en el borde costero que sea capaz de alertar a los bañistas, visitantes o turistas que se encuentren en las zonas de mayor riesgo que los especialistas han identificado en Concón, Quintero y Viña del Mar. Esta última representa un potencial de tragedia mayor, ya que algunos sectores con mayor riesgo se ubican en la desembocadura del estero Marga Marga, un lugar de intenso tránsito peatonal, turístico y, aparentemente, seguro en estos casos. Si hay una lección que enseñan las inundaciones ocurridas en la ciudad de Valencia, España, es que la naturaleza toma su curso cuando menos se la espera y más vale estar profesionalmente preparados para enfrentarla. En el caso de un tsunami, esta preparación debe tomar en cuenta que una ola puede demorar menos de 15 minutos en llegar a las costas llenas de personas.