RELOJ DE ARENA Elecciones, números y tensiones
Terremoto, cataclismo electoral en los Estados Unidos, con réplicas en todo el mundo. Esto, tras el eficiente funcionamiento de un complejo sistema electoral que sin gran tardanza confirmó el retorno de Trump a la Casa Blanca.
Inevitable revisar nuestra historia, donde encontramos también sistemas electorales que han desatado conflictos, algunos de grueso calibre.
Gérmenes de las tensiones aparecen en la Constitución de 1833, vigente con diversos parches hasta 1925.
El punto más sensible, tal ocurre en este siglo XXI con el sistema norteamericano, estaba en la elección presidencial.
La Carta de 1833 establecía derecho a voto para los casados mayores de 21 años y solteros con más de 25. Había, además, que saber leer y escribir y ser propietario de un bien raíz.
Estos ciudadanos elegían directamente a los integrantes del Congreso. El conflicto, los abusos y el cohecho aparecían en la elección de Presidente de la República, pues el mandatario, reelegible, era designado por electores nominados en los departamentos en que se dividía el país.
El sistema indirecto se prestaba para irregularidades. Si ninguno de los candidatos lograba mayoría absoluta, el Congreso elegía entre las dos primeras relativas. Complicaciones, espacio para manipulaciones, fraudes y matonaje.
El sistema, matizado por la Revolución de 1891, primó hasta la Presidencia de Juan Luis Sanfuentes, 1915-1920, en que aparece la figura de Arturo Alessandri Palma, gran protagonista de la escena política nacional en la primera mitad del siglo pasado.
Alessandri, el "León de Tarapacá", destaca en un periodo de profundas inquietudes sociales y desigualdad que castigaba a los desprotegidos sectores populares.
Hay graves y violentas huelgas, como la de 1903 que afectó a Valparaíso, y sangrienta represión. El escenario internacional estaba además convulsionado con la Primera Guerra Mundial.
Alessandri, candidato a senador por el norte, luchaba voto a voto enfrentando al postulante oficialista, Arturo del Río, abiertamente apoyado por La Moneda. Un apasionado Alessandri atacó en violentos términos al ministro del Interior en el Senado, quien renunció al cargo y retó a duelo al "León". Se batieron sin lesionados y sin acuerdo de reparación. El hecho mismo dio a Alessandri una enorme votación que lo llevaría luego a emprender la difícil ruta a la Presidencia.
La presión social de las primeras décadas del siglo pasado buscaba líderes, conductores. Surgieron varios, pero el que más destacó fue Arturo Alessandri Palma. Ya senador, fue finalmente candidato a la Presidencia de la República con el sistema de la Constitución de 1833, elección indirecta.
La gran campaña fue el año 1920 en que se elegirían a esos electores determinantes en la nominación del Presidente. Hubo una incontrarrestable participación ciudadana que canalizaba demandas populares largamente contenidas.
Alessandri consagró en esa campaña su calidad de gran tribuno popular, de movilización callejera cercana con la ciudadanía en representación de la Alianza Liberal, grupo que acogía a amplios grupos del espectro político que rechazaba a la corriente derechista representada por Luis Barros Borgoño.
Pese al movimiento de masas, seguía imperando el opaco sistema de elección indirecta del Primer Mandatario que facilitaba la compra de votos y la intervención oficial.
Cielito lindo
Con todo, Chile vivió, por primera vez, una verdadera campaña electoral sin radio ni televisión, pero sí con gran movimiento de masas y hasta con una canción de época adaptada para la campaña, el "Cielito lindo", ritmo popular del siglo XIX de origen mexicano:
Va en brazos de la Alianza,
Cielito Lindo,
el gran Arturo.
Y es natural con esto,
Cielito Lindo,
triunfo seguro.
Una marca de fuego,
Cielito Lindo,
tiene Borgoño:
la de creerse libre,
Cielito Lindo,
y ser pechoño.
CORO
Ay, Ay, Ay, Ay,
Barros Borgoño,
aguárdate que Alessandri,
Cielito Lindo,
te baje el moño.
Una conquista haremos,
Cielito Lindo,
los radicales:
que todos los chilenos,
Cielito Lindo,
seamos iguales.
Era el himno de Alessandri en las calles, en los trenes, en los mercados y ferias y hasta la universidad.
Finalmente, votaciones y nominación de electores que dieron 175 preferencias a Alessandri y 174 a Barros Borgoño. Resultado impresentable a partir, justamente, de la discutible "elección de electores". La tensión llevó entregar la decisión a un "tribunal de honor" que dio a Alessandri 177 votos y a Barros 176. Nuevo fracaso que desembocó en una votación del Congreso Pleno que entregó la Presidencia a Alessandri con 89 votos contra sólo 29 de su contendor. Debía ser un mandato de cinco años interrumpido por la presencia militar y la renuncia de Alessandri. Sin embargo, retorna a La Monedas y promulga la Constitución de 1925. Votación directa para la elección presidencial con un "pero": sería proclamado Presidente quien hubiese logrado más de la mitad de los votos. Sin lograr esa meta, el Congreso Pleno debía elegir entre las dos más altas mayorías relativas. El conflicto estaba planteado, pues el Congreso podía nombrar al segundo. La bomba de tiempo se mantuvo hasta 1970.
Con altibajos en la institucionalidad, incluida la dictadura de Ibáñez, llegamos a la crucial elección de 1938. Contienda entre el derechista Gustavo Ross y el radical Pedro Aguirre Cerda, apoyado por el Frente Popular, una agrupación de partidos de izquierda de alcance internacional inspirada en un llamado a la "unidad progresista" formulado en Moscú en 1935 por el Séptimo Congreso del Partido Comunista.
La campaña electoral estuvo marcada por la dramática represión de jóvenes de la Alianza Popular Libertadora, de inspiración nazi. Más de 60 muertos frente al palacio de La Moneda.
Violencia y compra de votos. Sin votación femenina ni cédula única, el radical Aguirre Cerda logra una frágil primera mayoría, 222.720 votos, en tanto Ross suma 218.609. Participación del 27,5% del electorado. Diferencia de 4.111 votos. Los estrechos números daban, sin embargo, la victoria al abanderado del Frente Popular, que marcaba el 50,17% de los votantes. Debía ser proclamado por el Congreso Pleno. Dudas, llamados a las Fuerzas Armadas. Finalmente, primó el buen sentido y Aguirre Cerda llega a La Moneda. El devastador terremoto de 1939 marca el inicio de su Gobierno, breve, pues el mandatario, político hábil y reconocido, fallece en 1941.
El gran conflicto
Pasan los años, las elecciones y los Presidentes con variables apoyos y siempre con la decisión del Congreso Pleno cuando no se lograba mayoría absoluta. El gran conflicto llegó al 4 de septiembre de 1970. Salvador Allende, socialista, 1.070.334 votos; Jorge Alessandri, independiente de derecha, 1.031.159; y, Radomiro Tomic, DC, 821.801 sufragios.
No había mayoría absoluta y podía decidir el Congreso Pleno entre el primero y el segundo. Negociaciones, desconfianza y dudas. Alessandri, hijo del "León", ya había sido mandatario, afirma que de ser elegido renunciaría dando paso a una nueva votación. Finalmente, tras un "Pacto de Garantías", el Congreso Pleno elige a Salvador Allende con 153 preferencias. Alessandri logra 35 y 8 parlamentarios votan en blanco.
Lo que viene después es historia conocida, tal vez en primera persona, interpretable y opinable, con lecciones para tener presente.