"El país no puede seguir más tiempo en la decadencia y el estancamiento"
Chile no puede seguir en la situación de estancamiento y decadencia en que ha permanecido desde hace ya demasiado tiempo, porque eso no hace sino conducirlo a vivir en la mediocridad y la medianía, sostiene el sociólogo, doctor en Ciencias Políticas y exjefe de asesores del Presidente Ricardo Lagos, Ernesto Ottone Fernández.
El ensayista y escritor porteño, quien afina los detalles de su libro número 24, Caminando sobre la cornisa -una visión global del mundo en el Siglo XX y el primer cuarto del XXI-, plantea que urge un consenso sobre cómo hacer política para retomar el crecimiento, avanzar en los cambios sociales necesarios y abandonar la idea de que al país "hay que darlo vuelta entero".
Elección sin bandazo
-Usted figura entre quienes quedaron contentos con las elecciones. ¿Qué destaca?
-Me parece que favorecieron a candidatos con un estilo de campaña y un lenguaje moderados; no fue el momento de los vociferantes. Lo otro es que se produjo un cierto equilibrio de fuerzas; no se produjo un bandazo hacia la izquierda o la derecha radicales. Se pensaba que el Partido Republicano iba prácticamente a ahogar a la derecha tradicional, a Chile Vamos, y eso no pasó. El Partido Comunista no tuvo un resultado exultante, y lo que se llama el Socialismo Democrático tuvo una votación mayor que el Frente Amplio.
- Ha dicho que hoy vemos "la oda a la moderación", lo que es "una gran cosa para Chile".
- Eso lo he dicho porque hace algunos años, cuando se hablaba de los acuerdos, se los mencionaba como algo que le había hecho daño a Chile. Hoy es muy difícil escuchar referencias a eso; se ve todo el periodo de la construcción democrática, particularmente los primeros 20 años, como una época positiva para el país, porque fueron años de un impulso propulsivo muy grande, que sin embargo no se reconocía. Es más, se consideraba que eran años perdidos y que no se habían hecho los cambios que debían realizarse. Hoy, eso ya nadie lo plantea, ni el Gobierno, ni siquiera en sectores del Frente Amplio. No sé si el Partido Comunista o la extrema izquierda no parlamentaria está en esas posiciones, pero son minorías.
Todo tipo de caídas
- Fueron elegidos 208 alcaldes independientes, 103 de ellos fuera de pacto. ¿Es un castigo para los partidos?
- La desconfianza hacia los partidos políticos es un fenómeno mundial en las democracias. Estamos viviendo un periodo muy negativo para su desarrollo a nivel global. Ahora bien, pienso que estos independientes tampoco lo son; muchos de ellos son competidores internos que se alinean una vez que ganan. Yo creo que hay que hacer cambios en el sistema político que signifiquen terminar la fragmentación que existe.
-¿Qué posibilidades le ve a la reforma del sistema político?
- Pienso en cambios que signifiquen que haya reglas que no permitan que cada grupo que se forma pase a ser un partido político. Creo que tienen que ser normas más severas, en el sentido de que si no se obtiene cierto número de votos, no se puede conformar como partido. Por otra parte, hay que ver el problema de las alianzas que son permitidas. Pero éste no es sólo un problema de reglas, sino también del tejido democrático, del tejido político cultural, que tiene que ver con la confianza, con una solidificación de las instituciones. Porque hemos tenido todo tipo de caídas de instituciones, no se salva prácticamente nadie; ha habido escándalos en el Gobierno, en la oposición, en las policías, en el sector privado, en las iglesias.
Peligrosa decadencia
-¿Cómo puede convivir el país con los casos de corrupción, tráfico de influencias, abandono de deberes, entre otros escándalos que se han develado en los últimos meses?
- Todo eso tiene un nombre y es decadencia. Chile no puede seguir en la situación de estancamiento y decadencia que hemos estado viviendo desde hace ya demasiado tiempo. Si nos comparamos con el resto de América Latina, seguimos teniendo indicadores buenos, pero no por mérito nuestro, sino porque los otros han retrocedido más. Hasta ahora nos hemos ido con el vuelo del sólido patrimonio acumulado, pero se ha estado girando sobre él y hoy tenemos una situación de mayor debilidad económica, de tendencias potenciales menores, no estamos aprovechando algunas ventajas que nos dan recursos naturales que son útiles para la era digital, tenemos un sistema educativo donde la reforma no ha terminado bien.
- ¿Pero a qué puede conducir todo esto?
- Chile no es un país fallido, como se usa decir, pero en él ha habido decadencia, y si no cambiamos de orientación en el sentido de poder reforzarlo, vamos a vivir en la mediocridad, en la medianía. Vamos a volver a la mediocridad que tuvimos durante muchos años.
- ¿Qué alcances tiene la conformación del nuevo escenario político con miras a las presidenciales y legislativas del próximo año?
- No creo que haya aún señales claras en torno a eso, va a depender mucho de lo que pase en este periodo, pero sin duda yo espero que empequeñezcan los extremos políticos, aquellas fuerzas que no tienen, a mi juicio, convicciones democráticas fuertes. Van a seguir existiendo, pero yo no quiero que jueguen un rol hegemónico. Es importante que haya fuerzas de centro izquierda y más conservadoras con convicciones democráticas. Por eso he valorado el camino recorrido por personas que hace un tiempo eran de izquierda radical hoy día han adquirido un tono, un lenguaje y una acción mucho más ligada a la democracia liberal. Entre ellos, en primer lugar, el Presidente de la República.
"atracción fatal"
-¿Cuál es su lectura respecto del resultado de las elecciones en la región?
- Se generó un equilibrio distinto a lo que vivimos anteriormente, y espero que la persona que ganó en Valparaíso realice una gestión más ligada a los intereses de la ciudad, que sigue teniendo enormes problemas que el mandato anterior no resolvió. Pienso que todos los sectores deben ayudar para que haya una política por Valparaíso. Y en Viña del Mar, para que también las cosas mejoren allí. Se ha producido un mayor equilibrio y es bueno para la democracia cuando hay fuerzas diferentes y pluralismo en la orientación de la región.
-Tras la derrota de su candidata, el alcalde Sharp, dijo que se siente "muy seducido en tomar un camino no institucional" que permita construir "un movimiento social fuerte y que empuje cambios". ¿Qué le parece?
- Me parece una seducción fatal porque es la renuncia a la política. Es muy grave, ya que los movimientos sociales tienen un papel que jugar en la democracia, pero no tienen un rol de dirección, por algo existen los partidos políticos, y es a ellos a los que hay que reforzar. Entonces, ese tipo de seducción, de abandono de la política y reemplazo de la voluntad popular por el activismo de la calle a mí no me parece un buen camino. No me parece un camino democrático.
Daños colaterales
- ¿Qué espera que pase con el caso Monsalve que ha puesto en jaque al Gobierno?
- Ha sido una horrible sorpresa lo que ha pasado. Esperemos saber la verdad de todo esto, pero de todas maneras ha sido un hecho que ha golpeado notoriamente el esfuerzo por combatir la criminalidad organizada, una tarea para la que no estábamos preparados y que tiene que ser realizada más allá de las diferencias políticas. Se han hecho grandes esfuerzos y tendrá que estudiarse cómo se siguen haciendo, porque la población no puede continuar viviendo en esta situación de miedo.
- ¿Ese caso eliminó las posibilidades de la ministra Carolina Tohá de convertirse en presidenciable?
- Yo creo que hay que esperar. Ella ha hecho un trabajo serio y dedicado en su rol de ministra del Interior. Pero el manejo de un caso como éste es una gestión extraordinariamente compleja. Yo viví cosas muy difíciles en La Moneda, pero no una situación tan límite como ésta. No creo que haya que adelantarse y ser extremadamente categórico en esto. Para mí lo importante es que las próximas presidenciales se realicen en un clima distinto, y creo que Carolina Tohá es parte de ese clima, que no ve a quien discrepa de su posición como un enemigo, sino como un adversario. Lo mismo respecto de que es bueno que en la oposición predomine el espíritu más ligado a Matthei que a las visiones de Kast o Cubillos.
- ¿Hacia dónde debería avanzar el país?
- Creo que lo importante es que haya un consenso sobre cómo hacer política. Chile es un país mediano, que puede tener niveles de conflicto, pero más o menos limitados, no rupturistas. Espero que eso se produzca, de tal manera que podamos retomar una vía de crecimiento, sigamos avanzando en los cambios sociales necesarios, pero con acuerdos y apoyos de las mayorías. Que abandonemos para siempre aquello de que las verdades las tienen unos u otros. O que este país hay que darlo vuelta entero. 2
Ese tipo de seducción (vía no institucional mencionada por Sharp), de abandono de la política y reemplazo de la voluntad popular por el activismo de la calle, no me parece un camino democrático".
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl
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"Chile puede tener niveles de conflicto, pero más o menos limitados, no rupturistas".