Una década de rezago regional
Estimular el crecimiento y el desarrollo no tiene que ver con colores políticos ni agendas partidistas. Ya hemos perdido mucho tiempo. Una propuesta estratégica que apunte a recuperar la competitividad, con una fuerte apuesta en la innovación y el emprendimiento, puede ser el secreto del éxito regional.
Con el firme propósito de retomar el crecimiento tras la preocupante ralentización del desarrollo y el Producto Interno Bruto (PIB) regionalizado, que marcó sólo un 1,2% anual en comparación al 1,9% nacional, el afanoso profesor y economista Alejandro Corvalán, convocó ayer a un concurrido conversatorio en la sede central de la Universidad de Viña del Mar, en Agua Santa, titulado "¿Qué hacer para retomar la trayectoria del crecimiento y volver a acercarnos al umbral del desarrollo para la próxima década?". Al mismo fueron convocados los tres presidentes gremiales de la zona: Alfonso Salinas, de Asiva; Javier Torrejón, de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso (CRCP); y Fernando Bustamante, del capítulo regional de la Cámara Chilena de la Construcción. El evento, moderado por el director de este Diario, Carlos Vergara Ehrenberg, contó también con la exposición del director (s) del INE, Víctor Ballesteros, y del propio Corvalán.
No es menester recurrir a las frías tablas expuestas, que muestran a Valparaíso como una de las dos regiones con caída en su participación nacional en la última década, un crecimiento cercano a cero en el PIB per cápita, o 19 puntos menor respecto del promedio nacional normalizado en base 100, pero sí es necesario alertar por la preocupante debacle del consumo (-0,5 al segundo trimestre), con cinco trimestres de caída en la inversión, y una más que preocupante proyección 2024-2028 de apenas US$1.685 millones, el 2,6% del total país, según la Corporación de Bienes de Capital (CBC).
De esta forma, un desempleo alto (8,5%), sin poder recuperar los indicadores de 2019, y tasas de ocupación informal que superan a la media por dos o tres puntos, se proyecta un crecimiento tendencial del PIB no minero descendente para los próximos años.
Una propuesta estratégica consensuada, que apunte a recuperar la competitividad, con una fuerte apuesta en la innovación y el emprendimiento, puede ser el secreto del éxito para una Región que, así como va, sólo parece ofrecernos un derrotero aciago y poco próspero.