La desesperación hecha carne
La inenarrable situación vivida en una oficina pública por un atribulado jubilado que no puede llegar a fin de mes es problema de todos. Su misiva, replicada en redes sociales, intenta explicar de alguna forma el Chile quebrado en términos sociales que tenemos hoy y la incapacidad de diálogo entre ambas partes.
La dramática e inaceptable imagen de un hombre intentándose quemar a lo bonzo rociándose con parafina y blandiendo un encendedor en una oficina de Chile Atiende de la Avenida Brasil, en Valparaíso, fue utilizada profusamente por diversos parlamentarios oficialistas para presionar a la oposición por la aprobación de la Reforma al Sistema de Pensiones, presentada hace dos años y con nueve meses de espera en el Senado. ¿Tienen razón o es sólo utilización política?
Dentro de las pertenencias del jubilado de 66 años, cuya autoinmolación fue impedida por personal de seguridad y Carabineros, se halló una carta en la cual éste daba cuenta de los motivos que lo llevaron a intentar acometer un acto de desesperación pocas veces visto en el país desde el caso de Sebastián Acevedo en 1983 frente a la Catedral de Concepción en protesta por la detención de sus dos hijos por parte de la CNI, en un contexto diametralmente distinto, pero tal vez similar en el grado de desesperanza y agobio.
"Exijo una ayuda económica porque mi pensión es muy baja (…) Yo soy pensionado por el IPS, es seguro social. Recibo pensión de trabajo y la PGU. Con los 80 mil pesos que me descuentan por desafiliación de las AFP no alcanzo a llegar a fin de mes (…) Sólo pido que el Estado ayude a todos los pensionados de Chile para que no pasen lo que estoy pasando yo".
Asimismo, el caballero menciona que su esposa "falleció esperando una operación por culpa de la famosa lista de espera". ¿A nadie le mueve nada esta historia?
Su misiva, de trazo golpeado y replicada en redes por los parlamentarios, intenta explicar de alguna forma el Chile quebrado en términos sociales que tenemos hoy y la incapacidad de diálogo por la Reforma entre ambas partes, incluyendo al Ejecutivo y a la industria, en torno al destino del 6%, la licitación de cotizantes y el peligro de una eventual afectación del fondo de pensiones como actor de primera línea del sistema financiero chileno. ¿No habrá llegado la hora de avanzar en la materia?