Nueva seguridad es también centralizada
Las críticas del gobernador regional sobre la falta de articulación con el Ministerio de Seguridad deben ser atendidas en su mérito.
En la controversia provocada por la creación del nuevo Ministerio de Seguridad Pública vale la pena detenerse respecto del reclamo hecho por los gobernadores regionales, que acusan al Gobierno de no haber prestado oídos a la necesidad de construir un organismo que tuviera características descentralizadas. Coordinación multinivel, lo llamó Rodrigo Mundaca, quien junto con cuestionar la falta de consideración que tiene la renovada institucionalidad contra el crimen para el rol de los jefes regionales -"no existen mecanismos de coordinación y tampoco mecanismos de articulación", expuso-, criticó que el Ejecutivo no haya cumplido con la instalación de una unidad de prevención del delito en las mismas gobernaciones regionales. En cambio, y ante la eventual supresión futura de los delegados presidenciales regionales, que por ahora detentan el mando administrativo y político sobre las fuerzas que combaten el crimen, el nuevo ministerio crea la figura del seremi de Seguridad, una especie de sheriff local que encabezará la elaboración de las estrategias preventivas a este nivel y participará vistosamente en cada operativo, decomiso o captura importante. Los gobernadores serán invitados, qué duda cabe, pero habrán tenido poca o ninguna injerencia en los procedimientos.
Esta falta de articulación regional responde, con certeza, a que en seguridad pública aún prima un concepto unitario que alienta la centralización de todo: la información, el mando, los recursos y los vínculos políticos. La magnitud del problema delictual que vive el país, quizás, amerita que este enfoque sea el adecuado en un primer momento. Sin embargo, como las figuras políticas más importantes de cada región, los gobernadores y, más allá de ellos, los gobiernos regionales, no pueden quedar aislados del esfuerzo que debe hacer el Estado en su conjunto para erradicar el narcotráfico y el crimen organizado. Una estrategia unitaria es indispensable, pero la articulación de todo el aparato debe considerar también a las instancias regionales y locales como unidades activas que pueden jugar un rol clave en el combate de ciertos fenómenos. A nivel ciudadano, problemas como el comercio ambulante y las tomas de terreno están en la periferia del mismo gran problema que enfrentamos todos.