APUNTES DESDE LA CABAÑA Condorito triunfa en Feria del Libro de Guadalajara
POR ROBERTO AMPUERO ESCRITOR, EX MINISTRO Y EMBAJADOR, ES ACADÉMICO DEL CENTRO PAÍS HUMANISTA DE LA UNIVERSIDAD SAN SEBASTIÁN Y DE LA UNIVERSIDAD FINIS TERRAE ESCRITOR, EX MINISTRO Y EMBAJADOR, ES ACADÉMICO DEL CENTRO PAÍS HUMANISTA DE LA UNIVERSIDAD SAN SEBASTIÁN Y DE LA UNIVERSIDAD FINIS TERRAE
¿Es usted escritor?, me pregunta la mucama del Hotel Barceló en que me aloja mi editorial para asistir a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la mayor del subcontinente. Cuando le digo que lo soy, me pregunta si soy novelista o poeta. Novelista, respondo, y ella me pide el título de mi última novela. La buscaré en su presentación, anuncia, pero me la firma porque me encanta leer libros dedicados. Es una mujer mayor, amable y de clara dicción. De Chile prefiere a dos gigantes: la Nobel Gabriela Mistral y el Premio Cervantes Gonzalo Rojas.
Casi toda Guadalajara, de 1,4 millones de habitantes, parece gustar de la lectura. Miren: este año se espera superar el millón de visitantes a los nueve días de la FIL. Allí exhiben 2.500 sellos editoriales, hay más de 60 países representados y anda un centenar de agentes literarios negociando derechos de autores.
He venido a esta magna cita cultural a presentar mi nueva novela, Nunca volveré a Berlín, que he lanzado en España y varios países latinoamericanos. La feria asombra por sus dimensiones y su diversidad política, su variedad de libros y la masiva asistencia de jóvenes y estudiantes que llegan en buses e inundan los pabellones buscando novedades. No sólo eso: los mexicanos tienen siempre preguntas para los escritores, consultas directas y concretas de gente que lee y se expresa con precisión y no le teme al micrófono.
Este año es España el país invitado de honor. Llegó con un despliegue de autores notables, entre ellos: Irene Vallejo, Rosa Montero, Fernando Aramburu, Marta Sanz, Luis García Montero y Bernardo Atxaga. Doce años atrás fue Chile el país invitado y tuvimos entonces impacto mayúsculo en la FIL. La entusiasta recepción del público probó que entonces Chile "la llevaba". Era otra época, claro, entonces Chile descollaba hasta en el fútbol (nadie olvida aquí el 7-0 que le infligimos a México en la Copa América de 2016).
Esta vez me encontré con un stand de Chile más bien modesto y de oferta restringida a la de editoriales emergentes, si se piensa que el stand debe representar nuestra diversidad nacional y editorial. Cerca están el pequeño y colorido stand de Guatemala, y el de Cuba, éste como siempre sólo exhibiendo a autores oficialistas, y entre nuestros vecinos destaca por su tamaño el stand de Perú.
Añado que asistí a una actividad de Chile atestada de un público vibrante: fue la dedicada a nuestro Condorito y Pepo, su creador. Allí estaban sus publicaciones de circulación internacional, su historia, los videos y un enorme afiche con la amplia sonrisa del "pajarraco". No hay duda: Condorito es uno de nuestros grandes embajadores culturales en América Latina y el Estados Unidos hispano.
El público abarrotó la platea y la galería para escuchar a dibujantes de Condorito, conocedores de Pepo y a expertos en el tema, encabezados por nuestra embajadora en México Beatriz Sánchez.
Me entero que la idea surgió en 2023 en Guadalajara entre amantes de Condorito al ver que Argentina llevaba con singular éxito a la FIL a Quino, el creador de la entrañable tira cómica de Mafalda. Impulsada la idea por la embajadora, quien destacó en el acto el respaldo de la Dirección de Asuntos Culturales y de ProChile del Ministerio de Relaciones Exteriores, Condorito se convirtió aquí en éxito de público. Esto revela que el humor sano, sin garabatos y sin sesgo político sigue latiendo con fuerza y constituye un oasis que agradece el alma hoy atribulada por la polarización y las descalificaciones que campean en la política en un mundo cada vez más recio y despiadado, emponzoñado además por el anonimato en las redes sociales.
No sólo para generaciones de chilenos Condorito sigue siendo un referente ineludible. La verdad es que se lo lee en toda la región. Muchos mexicanos y colombianos, por ejemplo, creen que Condorito nació en sus respectivos países. Notable la capacidad de Pepo (el dibujante chileno René Ríos Boettiger) para seducir con su personaje a América Latina y volverse simpático símbolo de ella. Bien también que Chile enfatice el origen de Condorito y Pepo, y les rinda merecido tributo.
No diré más de Condorito porque aquí casi todos lo conocemos y hemos disfrutado con Yayita, Don Chuma, Don Cuasimodo, Coné, Che Copete, Washington y el Roto Quezada, por nombrar a algunos personajes. En este contexto recuerdo que Condorito es un referente cultural nuestro, como Mafalda lo es de Argentina, Asterix de Francia y Superman de Estados Unidos, y porque quienes tienen una visión elitista de la cultura pueden considerar inadecuado que se lo lleve a un cita cultural internacional. Condorito, como la Teletón y la Parada Militar, une a la inmensa mayoría de los chilenos y proyecta una imagen del sentir nacional, algo no menor en un país agobiado por la inseguridad, la economía, el panorama incierto que afrontamos y una clase política cuestionada en todas las encuestas ciudadanas.
Condorito proyecta además una imagen amable y acogedora de Chile, lo que quedó de manifiesto en el aplauso entusiasta y agradecido con que los mexicanos premiaron la actividad.
Permítanme agregar, por último, cuán edificante es asistir a una actividad impulsada por embajadas nuestras que hablen afuera representando el sentir transversal de Chile, enarbolando el espíritu nacional, y cumpliendo con el sabio lema de la Academia Diplomática Andrés Bello: "Pro Chile Loquor", es decir, "Yo hablo por Chile".