Hace un poco más de un año, le dediqué una columna al Club Deportes Limache, titulada "El Tomate Mecánico", luego de su inesperado ascenso a la primera B del fútbol chileno. En menos de 500 días y después de una definición de infarto (4 a 4 en el global), que se terminó resolviendo en los lanzamientos penales, el equipo logró ahora su ascenso a la máxima categoría del fútbol chileno.

Tal como era de esperarse, los cientos de hinchas que siguieron el encuentro en una pantalla gigante instalada en la plaza de la ciudad festejaron (algunos siguen en eso), lo que hasta hace unos años parecía imposible.

Hay que reconocer que, a pesar de que la mayoría de las veces los ojos están puestos en la Primera División, históricamente la lucha que se desata por subir o no bajar posee bastante más emoción que aquellos otros encuentros. Y eso que ya no se juega, no sé por qué, la liguilla de ascenso, una disputa que llenaba estadios y que era capaz de infartar a los más valientes.

Dentro de este logro alcanzado por Limache, Víctor Rivero, director técnico del equipo, amerita un párrafo aparte, pues ahora merece ser reconocido como "El Grinch" del fútbol chileno. Rivero ya le había arruinado la Navidad a los wanderinos en Playa Ancha el 2017, igualmente en penales. Ahora lo hizo de nuevo en el estadio fiscal de Talca, enmudeciendo a los miles de hinchas piducanos que habían llegado con la ilusión de ver a su equipo en primera. No habrá regalo que logre consolar a esos talquinos que saben que tendrán que esperar hasta el próximo año para soñar con otra oportunidad como ésta.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro o, en el caso de Limache, rojo. De la misma forma como un gigantesco edificio quería romper la armonía de la maravillosa avenida Urmeneta, ya hay rumores de que el actual dueño del club lo venderá para hacerse cargo de San Luis de Quillota y que el principal interesado sería el antiguo propietario de Audax Italiano. De esta forma, los equipos de fútbol, que tantas pasiones desatan en socios e hinchas, ahora se transan como si se tratara de restaurantes o bombas de bencina. Justo en una semana en la que falleció el doctor René Orozco, ex presidente de la Universidad de Chile, quien hasta sus 94 años siguió dando la pelea contra la mercantilización del fútbol.

Pero dejemos de lado los cochinos pesos y volvamos a lo bueno, el ascenso de Limache. Celebra nuestra querida y destacada columnista Mary Mac Millan, el premio nacional de Humanidades Gastón Soublette y el wanderino Roberto Ampuero, quien desde que vive en Olmué se ha ido "alimachando". Desde el más allá, el empresario Rafael Urmeneta, el poeta Carlos Pezoa Véliz, el humorista Jorge "Chino" Navarrete y, por supuesto, mi abuelita a la que le gustaba el fútbol solo con el fin de hacerme más feliz.