Tiempos decisivos para Valparaíso
Las primeras señales de la alcaldesa Nieto van en el camino correcto. Con un poco de ayuda público y privada, quizás sea 2025 la promesa del despegue. Nieto, con cierta astucia, sabe que debe avanzar paso a paso. Para ello optó por enfocarse en los tres puntos que coincidentemente atienden al nombre de naciones sudamericanas:
Prometedor fue el arranque administrativo de la nueva alcaldesa de Valparaíso, Camila Nieto, con múltiples guiños a la seguridad y al compromiso de avanzar en el ordenamiento del comercio ilegal que su antecesor tan irresponsablemente fomentó durante sus dos períodos con las visibles consecuencias de una ciudad devastada. Nieto, con cierta astucia, sabe que debe avanzar paso a paso. Para ello optó por enfocarse en los tres puntos que coincidentemente atienden al nombre de naciones sudamericanas: el eje escolar de la Avenida Argentina, el universitario de la Avenida Brasil y el comercial de la calle Uruguay. Si a ese trabajo se le suma el compromiso tomado ante el presidente del Senador, José García Ruminot, por la jefa de la V Zona de Carabineros, la general Patricia Vásquez, de limpiar al menos las rejas del Congreso y la Plaza O'Higgins del walk-in closet en que se ha transformado en los últimos años, puede ser que durante el primer semestre de 2025 tengamos buenas noticias sobre el futuro de la ciudad.
En segundo lugar, la alcaldesa Nieto también se preocupó de conversar con su par de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, y la subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao, para la implementación de una red conjunta de televigilancia entre ambas comunas -la cual es impresentable que no exista, al menos, en todo el Gran Valparaíso-, pero que también marca una diferencia abismal e incluso nos muestra la real hondura del daño hecho a la ciudad por la administración de Jorge Sharp, que hasta el día de hoy nos sigue vendiendo humo con promesas vacías de última hora como el Acuerdo por Valparaíso que, más allá de frases manidas, aún no tiene para cuándo concretar nada.
Valparaíso tiene hoy la posibilidad de levantar la cabeza en varios aspectos, los cuales podrían ser apuntalados con iniciativas privadas como el Museo del Inmigrante-Destino Valparaíso de la familia Dib en el exColegio Alemán, al cual debieran seguir otros gestos de confianza con la nueva administración.
Si Camila Nieto sólo contara con un apoyo real de la Gobernación Regional y el Core en cuanto al financiamiento de proyectos, del propio Puerto en torno al avance definitivo de la ampliación, de las universidades y de tantos ministerios que sólo se aparecen cuando les conviene, bien podría ser 2025 el año decisivo para, al menos, intentar salir del pozo en que lo dejó esa aborrecible mezcla de octubrismo, delirio y autosuficiencia sharpista.