Ideas para el barrio de El Salto en Viña
Alumnos y profesores de la carrera de Arquitectura de la UVM propusieron 70 proyectos para este sector industrial. Cuando tantas buenas ideas encuentran obstáculos inoficiosos y burocráticos, el surgimiento de este tipo de alianzas alienta el optimismo.
En un ejercicio académico que haría bien en aterrizar como proyecto estructural concreto, la carrera de Arquitectura de la Universidad Viña del Mar elaboró 70 ideas de desarrollo urbano para ser aplicadas en el barrio industrial de El Salto, cuya transformación en los últimos años ha demostrado cómo una tradición industrial puede convertirse en un futuro urbano lleno de innovación y ambición urbanística. Museos, barrios cívicos, equipamientos de salud, de transporte y también viviendas son parte de las propuestas que desarrollaron alumnos y profesores de la UVM, inspirados en el plan maestro del Distrito de Innovación V21, pero también en experiencias internacionales de recuperación, como las de Barcelona y Bilbao. La exposición de los trabajos, realizada en el recién inaugurado Parque Tecnológico del V21, viene a confirmar los beneficios de la sinergia que se puede desarrollar entre la academia y el sector privado, en una relación virtuosa que permite visualizar con optimismo un futuro probable para el barrio de El Salto. El empuje que adquieran estas ideas deberá sumar al mundo público -el municipio, la seremi Minvu y otros organismos encargados de la tramitación urbana de estas iniciativas-, para alcanzar un grado de viabilidad normativa que permita su materialización en plazos y condiciones razonables.
Un trabajo de largo plazo que siga esta fórmula -propuesta académica, impulso privado y apoyo de la autoridad pública- puede convertirse en un buen modelo replicable en otros lugares de la ciudad, incluso otras ciudades. En un momento del desarrollo urbano de nuestro país en el que tantas buenas ideas, proyectos e iniciativas encuentran obstáculos inoficiosos y escollos burocráticos, el surgimiento de este tipo de alianzas alienta el optimismo. Así como en El Salto, otros barrios del Gran Valparaíso pueden buscar alternativas a sus vocaciones originales y juntar fuerzas para construir un futuro de mejores condiciones para sus habitantes.