El "cacareo" de la oposición en Viña
La bancada de derecha, con muchas dudas y la posible ausencia de un concejal opositor, bien podría tumbar hoy a Ripamonti si así lo quisiese.
Sin ánimo de estropear la celebración del Año Nuevo y el efecto que tiene el espectáculo de los fuegos artificiales sobre el turismo y el comercio de Viña del Mar, cabe precisar que desde hace al menos dos años la competencia por hacerse de las licitaciones municipales se ha trasladado a las oficinas, a trámites burocráticos y a impresentables delaciones cruzadas sobre el incumplimiento del otro competidor en carrera. Todo derivado de una pelea entre los hermanos catalanes Mario Igualt, ya fallecido, y Patxi, históricos proveedores del show pirotécnico en la Ciudad Jardín y en muchas otras ciudades del mundo.
Hace exactamente dos años la ciudadanía tuvo que empezar a convivir con la decisión de instituciones como la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) y el Instituto de Investigaciones y Control (IDIC), ambas dependientes del Ejército de Chile, entes ante los cuales, tras el gaffe de fines de 2002 en Viña y Valparaíso, se hizo un desatado lobby ante el Ministerio de Defensa para autorizar fuegos fuera de norma con el fin de favorecer a los proveedores que no cumplían. Pero la DGMN terminó rechazando toda innovación creativa, generando una fuerte caída de las reservas hoteleras y pérdidas millonarias.
Hoy lunes, el Concejo Municipal extraordinario de Viña deberá visar o rechazar la propuesta del cambio de proveedor por trato directo diseñada por la administración de Ripamonti para evitar el desastre. Esto será entregarle la responsabilidad a la empresa colombiana "El Vaquero", proveedora de Valparaíso y vinculada a Jorge Cayuman, exsocio de los Igualt, el mismo que no dejó boleta de garantía para el papelón de 2002, cuando fue su empresa la que no pasó los filtros del IDIC.
Pero hay algunos detallitos: el show pasará ahora de 21 minutos a sólo 18, como dice "El Vaquero" en estas mismas páginas. Serán 6 puntos de lanzamientos y no 7. ¿Qué pasará con el estándar de bajos decibeles para las personas con TEA y la protección del medioambiente exigidas? Vaya uno a saber. ¿Los concejales leerán la licitación 3929-71-LR24 y la demanda que anunció Piroespectáculos antes de votar? Dios así lo quiera.
Pero como equivocarse con platas públicas es gratis en este país y como tampoco se puede esperar mucho de la actual bancada opositora, lo más seguro es que ésta cederá a la presión del municipio y del comercio, forzando a cambio un inoficioso sumario administrativo para determinar responsabilidades. Ello, contando en teoría con los votos para asestar un golpe político de marca mayor a la administración de Ripamonti, con toda la impopularidad que una decisión así conllevaría.
Pregunta final: ¿Tendrán los ediles de derecha la valentía de atender a su conciencia o, como ya lo han demostrado en el Concejo, serán puro "cacareo" y poca sustancia?