El largo regreso a casa de evacuados
Por enésima vez, la autoridad aplazó el regreso de los residentes a los edificios afectados por los socavones de 2023. Tampoco es posible descartar totalmente que no haya otros imprevistos que muevan aún más allá la fecha de regreso para los residentes.
Un duro golpe a sus expectativas recibieron 200 residentes de los edificios Kandinsky y Miramar Reñaca, luego que las autoridades transparentaran recientemente la carta Gantt de trabajos de reposición de los servicios básicos destruidos por los dos socavones aparecidos a fines de 2023 en el sector de Cochoa. Dicho cronograma revela que los propietarios, desalojados desde esa fecha debido a los riesgos del sector, no podrán volver a sus departamentos antes de abril o mayo del próximo año, cinco meses después del compromiso inicial presentado por las autoridades regionales. Si bien las obras de relleno de los socavones están avanzadas, el gran escollo para el regreso de los residentes es la reposición de los servicios de agua, gas y electricidad. La planificación presentada por la Delegación Presidencial, el trabajo de reposición de Chilquinta y de GasValpo se extenderá hasta febrero del próximo año. Más compleja será la reconstrucción de la red de agua potable, por parte de Esval, obras que finalizarían entre abril y mayo de 2025.
Este proceso es fundamental, pues sólo una vez que se repongan los servicios, la Municipalidad de Viña del Mar podrá retirar los decretos de inhabitabilidad que pesan sobre las torres Kandinsky y Miramar. Tampoco es posible descartar totalmente que no haya otros imprevistos que muevan aún más allá la fecha de regreso para los residentes, que ya decidieron entablar acciones legales por todos los perjuicios ocasionados durante este desastre. A más de un año del desastre y luego de una comisión especial investigadora de diputados, además de varios emplazamientos públicos entre autoridades, exautoridades y especialistas, los dos elementos más importantes de esta historia aún no se resuelven: el regreso de los residentes evacuados y la seguridad técnica de que este tipo de emergencias no volverán a repetirse. Allí reside, en parte, el fracaso del Estado no sólo para prevenir este tipo de hechos, sino para atender lo realmente necesario una vez que se producen.