De qué hablamos cuando hablamos de un Distrito
El proyecto de la familia Reitz en El Salto se merece una mayor atención de la que tiene. La aceleración del éxito de este Distrito, que pareciera no estar demasiado lejos, dependerá del apoyo de la Municipalidad y el Concejo de Viña, el Gore y los privados que quieran sumarse.
Reconoce en entrevista con este Diario el presidente de la Corporación de Adelanto Barrio Industrial El Salto, Fernando Reitz, que uno de los principales handicaps que han tenido es intentar explicar de buena manera el concepto que subyace tras el Distrito de Innovación V21 de El Salto, cuyo nuevo centro neurálgico, cual es el Parque Tecnológico (ParcTec), fue inaugurado este año en el antiguo edificio perteneciente a Oxiquim, que se agrega al cowork ya existente, pero cuyas proyecciones son muchos más ambiciosas y monumentales dentro del espacio de 200 hectáreas que busca integrar.
El propio Reitz y sus hijos Nicolás y Fernanda se entusiasman al mostrar uno de los ejemplos en el cual se basan para la creación del V21: el Parque Científico y Tecnológico de Almería (PITA), en Andalucía, un proyecto palpable de cómo convertir un espacio físico en un "agente catalizador de la innovación para impulsar el intercambio de conocimiento y la transferencia de tecnología entre empresas, agentes tecnológicos, universidades y la sociedad". Algo similar a lo que se hizo inicialmente con el 22@ de Barcelona o el icónico Silicon Valley.
Pero los Reitz no se quedan ahí. Dentro de su propuesta se integra asimismo un ambicioso plan habitacional (respaldado por la empresa Urbe) para unas 30 mil personas dentro de los próximos 20 años, el que incluye viviendas con subsidio para la solución definitiva de las tomas de El Salto, previo cambio del uso de suelos. Obviamente, también hay algo de permisología, entre ella la prolongación de la calle Álvarez, la de Uno Norte hasta el Jardín Botánico y su conexión con Las Palmas, sumando a Limache y el Troncal Sur como vías estructurantes. La aceleración del éxito de este Distrito, que pareciera no estar demasiado lejos, dependerá del apoyo de la Municipalidad y el Concejo de Viña del Mar, el Gobierno Regional y los privados que quieran sumarse a esta iniciativa que ya cuenta con un amplio apoyo de la Academia. Sólo imaginar cómo se multiplicará por sí mismo cuando llegue el tren rápido prometido por el Gobierno da esperanzas de un futuro aún más esplendoroso.