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Regional, ¿quién lo hace? Entonces, evidentemente tengo una crítica feroz en materia de vivienda, en materia de reconstrucción y tengo una crítica feroz en materia de salud, sin duda. Pero lo que no puedo hacer es tomar palco y observar cómo hoy día se sigue degradando la salud en la región y cómo hoy día se le sigue faltando la verdad a las personas que anhelaban tener su vivienda posincendio.
Se soslaya a modatima
- Hace unas semanas, el diario La Segunda publicó que el ex jefe de gabinete del Presidente Boric, Matías Meza-Lopehandía, cumplió un rol importante en su reelección. Queda la sensación de que hay una puja interna en el Frente Amplio sobre quién influyó más o menos en su victoria.
- Mira, te lo voy a decir en estos términos, porque me gusta la provocación y voy a correr los límites. Hay hasta figuras como el diputado Mirosevic, que se declara precandidato presidencial y sacó 30 mil votos. Otros candidatos que pretenden ser presidenciables y que en la primera vuelta sacaron 5 mil votos, que en la segunda vuelta crecieron su capacidad electoral a 50 mil y dicen que quieren ser candidato presidencial. Yo lo que le diría a aquellos que se autoproclaman candidatos presidenciales, es que es reimportante en política, primero, tener una dosis de humildad importante y, segundo, conjugar expectativas con realidad. Yo creo que ser candidato presidencial con 30.000 votos es un insultar el sentido de realidad.
- ¿Es más realista ser presidenciable con 800 mil votos?
- Comprenderás que cuando una persona saca 800 mil votos significa que nuestra votación excede con creces la votación del Frente Amplio y del Socialismo Democrático. Es decir, yo tengo toda la votación de todos los parlamentarios del Frente Amplio, toda la votación de todos los parlamentarios del Socialismo Democrático, por lo que nadie podría arrogarse la titularidad de nuestro triunfo. Me parece que es bastante impropio.
- Voy a usar una palabra que a usted le gusta: ¿se soslaya el rol de Modatima en todo esto?
- Absolutamente, yo diría que una de las grandes faltas que tiene el Gobierno central es precisamente no haber considerado la opinión de los movimientos sociales y haber soslayado su rol. Se piensa que los movimientos sociales no impugnan al poder, pero sí tienen la capacidad de hacerlo. Además, los movimientos no hibernan por un decreto presidencial ni tampoco un decreto puede prohibirles ser deliberantes o beligerantes. Me parece que hay un menoscabo a los movimientos sociales, sin duda. Por eso, siempre digo que yo soy uno más de un trabajo colectivo, de compañeros y compañeras.
"Creo que el Gobierno se ha farreado el proceso de descentralización. Se lo ha farreado, porque el proceso de descentralización significa aumentar la base social deliberante".