Firme condena por ataque incendiario que sufrió el consulado de Venezuela en Lisboa
PORTUGAL. Gobierno luso calificó como "intolerable" el atentado con bomba molotov al edificio diplomático, mientras que el régimen de Maduro busca responsabilidades en el "fascismo". Oposición venezolana también censuró el hecho.
El Gobierno de Portugal condenó con fuerza ayer el ataque con un artefacto incendiario al consulado de Venezuela en Lisboa ocurrido el sábado por la noche.
"El Gobierno portugués condena enérgicamente el ataque al consulado de Venezuela en Lisboa. Estableció un refuerzo inmediato de la seguridad y una adecuada investigación policial. Es un acto intolerable. La inviolabilidad de las misiones diplomáticas tiene que ser respetada en todos los casos", reza un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores portugués publicado en la red social X.
Según medios portugueses, que citaron fuentes policiales, sobre las 22 horas locales del sábado fue lanzado contra el consulado "algo parecido" a una bomba molotov, que provocó, "por lo que parece, algunos daños en la parte de afuera de la persiana" del edificio, sin que haya registro de heridos.
El titular de Exteriores venezolano, Yván Gil, denunció al "fascismo" por el hecho, y agradeció "la rápida intervención de las autoridades portuguesas que ha evitado mayores daños".
En un mensaje publicado en Telegram, dijo que espera que las investigaciones permitan dar con los atacantes y "determinar las responsabilidades correspondientes".
Oposición
Asimismo, el equipo del Comando con Venezuela, que forma parte de la mayor coalición antichavista -la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)-, condenó ayer "categóricamente" el ataque. "Rechazamos y condenamos categóricamente cualquier acto de violencia, y nos sumamos al llamado que reitera la inviolabilidad y protección de las misiones diplomáticas y la importancia de su resguardo, conforme a lo estipulado en el derecho internacional", escribió en la red social X.
El hecho en Lisboa ocurrió a casi 48 horas de la toma de posesión de Nicolás Maduro para un nuevo mandato, investidura declarada ilegítima por gran parte de la comunidad internacional, que apoya a Edmundo González Urrutia, el opositor que ha mostrado las actas que respaldan su eventual triunfo en las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado en Venezuela.
Maduro y Petro
El líder del chavismo, quien no mostró ninguna acta electoral como prueba de su victoria, aseguró ayer en Telegram que en el país caribeño "ha triunfado la paz, la estabilidad, la Constitución, la democracia y la verdad", y que comienza una "nueva etapa" en el país, donde la crisis política se acrecentó tras su cuestionada toma de posesión el viernes que la oposición califica de "golpe de Estado".
Maduro expresó que su país está "en paz, en democracia" y "en pleno ejercicio" de su soberanía, luego de que "el pueblo venezolano" haya "triunfado en perfecta fusión popular-militar-policial". Añadió que el país va a "construir la paz de los justos" y "la nueva democracia", que, agregó, será "revolucionaria".
Ayer, sin embargo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sostuvo que el "Gobierno venezolano" le quitó a la líder opositora María Corina Machado el derecho a elegir y ser elegida al impugnar su candidatura el año pasado, y defendió la decisión que tomó de mantener las relaciones diplomáticas con Caracas pese a la investidura de Maduro.
"Mantendremos las relaciones diplomáticas no porque legitimemos unas elecciones que no fueron libres desde un comienzo, si no porque "las relaciones diplomáticas son para que los pueblos se unan y no sufran por las desaveniencias de sus gobiernos", señaló.