Entre tanta revisita reciente a los ex Presidentes, comenzando por el intento de compra por parte del Estado de las casas particulares de Salvador Allende y Patricio Aylwin para convertirlas en museos y así cuidar su patrimonio, hay otros dos ex Mandatarios que han salido a colación, pero no por temas inmobiliarios sino derechamente políticos.

El primeros es Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), quien tras su última intervención en Icare fue incluso sindicado por el presidente de Republicanos como un elemento desestabilizador del tablero político en caso de que volviera a postularse a La Moneda, tal como lo hiciera infructuosamente en 2009. Ese mismo día, sin embargo, el propio Frei -de actuales 82 años- reconoció en entrevista con El Mercurio que no estaba disponible ("agradezco el reconocimiento, pero yo ya tengo mis años, estoy en otra etapa"). La segunda es, obviamente, Michelle Bachelet, de quien según se comenta en círculos oficialistas estaría dispuesta a evaluar una candidatura si se le dan todas las garantías que ella pide. Ello, pese a haber declinado la posibilidad tres veces en el último año, con el 70° aniversario del Consejo de Rectores como última ocasión.

Con todo, en la última encuesta Criteria de ayer sigue siendo la mejor carta oficialista, con 11 puntos, a 17 de Evelyn Matthei (28), seguida por José Antonio Kast (10), Johannes Kaiser (7), Tomás Vodanovic (5), Carolina Tohá (3), Camila Vallejo (3), Marco Enríquez-Ominami (2) y Rodolfo Carter (2).

A diferencia de los ya octogenarios Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos -recientemente retirado de la política por motivos de salud-, la doble ex Presidenta (2006-2010 y 2014-2018) tiene recién 73 años, sólo dos más que Matthei, y sigue presente en determinadas actividades políticas, tal como fue su participación en un conversatorio en la Universidad de Valparaíso a fines del año pasado, cuando se manifestó preocupada por eventuales retrocesos de la democracia y una supuesta conculcación de derechos por parte de la extrema derecha.

La reciente explosión del turismo argentino en la Región de Valparaíso ha evidenciado la necesidad de fortalecer la infraestructura y conectividad para poder sostener y potenciar este flujo de visitantes. En este contexto, el proyecto del nuevo aeropuerto en Concón, impulsado por el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, se presenta como una solución estratégica que podría transformar al Gran Valparaíso en un destino aún más atractivo, competitivo y accesible.

Este aeropuerto, diseñado como una alternativa de bajo costo, contempla rutas directas a Mendoza y Buenos Aires, fortaleciendo la conexión con nuestro país vecino y abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social de la región. Se espera que con estos vuelos comerciales, más de 900 mil pasajeros al año arriben al Gran Valparaíso. Concón, con su reconocida oferta gastronómica, se convertiría en la puerta de entrada a una experiencia integral que incluye playas, cultura, patrimonio y entretenimiento, consolidando la posición del Gran Valparaíso como un polo turístico de excelencia en Chile.

El liderazgo del gobierno en este proyecto no debe pasar desapercibido. La construcción de un aeropuerto en Concón no sólo permitirá diversificar la oferta turística y mejorar la conectividad, sino que también generará empleos, dinamizará el comercio local y ofrecerá nuevas posibilidades estratégicas en áreas como la salud y la logística. Este tipo de inversiones en infraestructura son fundamentales para fortalecer la economía regional y proyectarla hacia el futuro.

Como es natural, cualquier gran proyecto de esta magnitud genera inquietudes sobre posibles externalidades negativas. Sin embargo, confiamos en que se implementarán medidas para mitigar cualquier impacto, asegurando que los beneficios superen ampliamente los desafíos. La generación de empleo, el aumento del comercio y la proyección internacional de la región son efectos positivos que repercutirán en el bienestar de todos los habitantes.

Es fundamental que las fuerzas locales se unan en torno a esta iniciativa, dejando de lado diferencias y priorizando el bien común. Este aeropuerto no es sólo una obra de infraestructura; es una oportunidad única para posicionar al Gran Valparaíso como un referente de conectividad y desarrollo sostenible. La región tiene el potencial de convertirse en un destino global y esta obra es el primer paso hacia ese objetivo.

Apoyamos decididamente el compromiso del Gobierno de avanzar con rapidez en este proyecto. El aeropuerto en Concón será un motor de progreso para la región, beneficiando a sus habitantes, fortaleciendo su economía y consolidándola como un destino estratégico en el mapa internacional.