La desesperación de los damnificados
Cansados de la falta de respuestas, un grupo de afectados por el megaincendio decidió radicalizar medidas y conseguir la atención de las autoridades. La salida de Uribe del Serviu no sirvió para maquillar el descuido del Ejecutivo en sus obligaciones de reconstrucción y asistencia a las miles de familias que quedaron sin hogar.
Desesperación. Esa es la palabra que usan los damnificados del megaincendio para describir la angustiosa situación que viven desde hace casi un año. Ante las tibias respuestas a su petición de renovar el Bono de Acogida y cansados de los exiguos avances en materia de reconstrucción de viviendas, un grupo de afectados de Viña del Mar y Quilpué radicalizó el viernes pasado sus posturas y anunció que mañana realizará una masiva manifestación frente al Congreso Nacional, en Valparaíso, junto a la cual algunos iniciarán una huelga de hambre, con la esperanza de sensibilizar a las autoridades encargadas de este proceso. La paciencia se terminó de agotar a mediados de esta semana, cuando los ministros de Hacienda, Mario Marcel, y de Vivienda, Carlos Montes no llegaron a una reunión convocada específicamente para discutir la renovación del bono de acogida, aporte de $385 mil que dejó de pagarse en diciembre, pese a la urgencia que muchos afectados tienen de recibir estos recursos para arrendar un lugar donde vivir. El Gobierno pensó, equivocadamente, que el impasse podía quedar superado con la salida del director regional de Serviu, Rodrigo Uribe, cuya responsabilidad directa en el conflicto no queda del todo clara, salvo porque fue mencionado por dirigentes del Frente Amplio, cuya premura en asignar culpas les abrió un conflicto con el PS. La salida de Uribe, sin embargo, no alcanzó para maquillar el descuido del Ejecutivo en sus obligaciones de reconstrucción y asistencia. Los damnificados, con toda justicia, dicen sentirse "revictimizados". Como ejemplo de que la espiral de reclamos no será fácil de frenar, están los dichos -opotunistas dirán algunos-, de José Antonio Kast. El candidato presidencial del Partido Republicano dijo que no era Uribe quien debía salir por los problemas de reconstrucción, sino que el ministro Carlos Montes. Sometido a esa presión, el delegado en Valparaíso, Yanino Riquelme -no el Minvu ni el Serviu-, informó ayer la decisión de extender por enero el bono de acogida para los damnificados. ¿Alcanzará con elllo? A casi un año de la tragedia más grande vivida en la zona en 50 años es inevitable decir que el proceso de reconstrucción ha tenido resultados decepcionantes y un atraso que desnuda, con dolor, la incapacidad ejecutiva de una generación que afirmaba estar lista para mejores cosas.