"Cónclave" llega a las salas nacionales destapando pugnas papales en el Vaticano
CINE. La película de Edward Berger nominada al Oscar, transcurre durante la elección de un nuevo Pontífice.
Amelia Carvallo
La Iglesia Católica ha presentado a lo largo de su historia un interesante filón de temas y personajes para la industria fílmica que ha hecho películas sobre figuras históricas como Francisco de Asís, Lucrecia Borgia y Juana de Arco. Además, ha tomado episodios como la Inquisición, Las Cruzadas y desde hace unas décadas los sinuosos caminos del poder dentro del Vaticano en Roma.
De esta laya es la película de Edward Berger "Cónclave", un thriller de misterio basado en el best seller de Robert Harris y protagonizada por Ralph Fiennes como el decano del Consejo Cardenalicio, el cardenal Lawrence, quien tras la inesperada muerte del Papa, debe asumir los sofisticados resortes que impulsan la elección de un nuevo Sumo Pontífice y congregar a los líderes mundiales de la Iglesia.
La película se estrenará en Chile el próximo 6 de febrero.
En una reciente entrevista, Fiennes confidenció que él creció en la fe católica, en sus rituales y ceremonias, que para esta película tuvo que aprender italiano y latín y que contó con un asesor religioso en el set. También se reunió con sacerdotes y un cardenal, que contaron algo de la vida que llevan luego de hacer sus votos. "Mi personaje cae en una crisis de fe apenas se ve en la obligación de celebrar un cónclave. Fue un gran desafío actoral. Creo que actuar se parece en muchos sentidos a un deporte como el tenis y si mi oponente, que en este caso es mi compañero de escena o el director, me lanza la pelota, la forma en que respondo a lo que me envían depende del momento. Puedo idear una estrategia o una forma de jugar, pero el pensamiento intelectual y cerebral solo llega hasta cierto punto", explicó.
Por su parte, el actor Stanley Tucci interpreta al cardenal Bellini, un rol en oposición al de Fiennes con quien debate constantemente. Tucci explicó que en los ensayos tuvo la posibilidad de conocerse mejor con el elenco y entablar la confianza necesaria para interpretar creíblemente a los prelados. "Leí el libro y la historia estaba muy bien plasmada en el guion, lo que fue muy útil a la hora de actuar. En los ensayos pudimos soltarnos y jugar, fue muy divertido actuar con todos los actores de este elenco, puedes intentar de todo" dice aludiendo a nombres del reparto como John Lithgow, Sergio Castellitto, Lucian Msamati e Isabella Rossellini. "Lo interesante de la trama es la desconfianza. Ahí tenemos una organización basada en la verdad, la pureza, la buena voluntad, y debajo de todo eso te encuentras exactamente con lo contrario", resume Tucci.
La hermana agnes
La actriz Isabella Rossellini asumió el rol de la hermana Agnes, único personaje femenino en esta trama cardenalicia. Al respecto dijo que lo que más la atrajo de la película y su personaje es el halo de misterio que rodea a la Iglesia Católica. "En mi adolescencia, estudié en Roma en un colegio católico y todas mis maestras eran monjas. Me resultaban muy inspiradoras porque infundían mucha autoridad moral y todos les tenían miedo", rememora la actriz. "Tenía mucha confianza en interpretar a la hermana Agnes con gran autoridad. No tengo muchos diálogos en la película; esa fue una decisión que tomé para enfatizar que la Iglesia Católica es muy patriarcal y que los hombres tienen el papel de tomar decisiones. Pero como fui a una escuela católica, sabía que había más profundidad que esa dicotomía. Se podía interpretar a una persona sumisa sin carecer de autoridad", explicó.
La idea de la novela en la que se basó la película se plantó en la cabeza de su autor mientras veía la cobertura televisiva del cónclave de 2013 en el que fue elegido el actual papa Francisco. "Al ver las caras de los cardenales, se me cruzó por la cabeza que parecían más políticos que clérigos. En seguida pensé que un cónclave tenía mucho potencial dramático, y me prometí a mí mismo que investigaría un poco sobre cómo funciona el proceso", relató Robert Harris,
Como muchas películas, este filme tomó bastante tiempo en concretarse, alrededor de cuatro años en los que el director Edward Berger logró dar con un elenco potente y un buen guion que incluyera detalles de todos los rituales y herméticas ceremonias que acontecen desde que muere un Papa hasta que asume su sucesor, desde el cierre de sus aposentos hasta la extracción del anillo, pasando por el proceso de elección que es secreto. "El mecanismo de elección de un Papa es uno de los secretos más celosamente guardados del mundo", explica Berger. "Sentía mucha curiosidad por echar un vistazo detrás de esas puertas cerradas y descubrir los detalles. Si bien es imposible saberlo todo, hemos podido averiguar bastantes cosas gracias a la investigación que llevamos a cabo. Creemos que nos hemos acercado a la verdad más que nadie".
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