Desamparados: la triste realidad de los damnificados de Pompeya Norte y Sur, a un año del incendio
CATÁSTROFE. Familias de hasta seis personas conviven en mediaguas de 24 metros cuadrados sin servicios básicos, esperando por una solución habitacional.
El viernes 2 de febrero de 2024, en medio del combate al incendio forestal originado en el Fundo Las Tablas, Valparaíso, un sobrevuelo del helicóptero EC-LXH de Conaf alertó, a las 17.40 horas, que el siniestro se encontraba a un kilómetro del campamento Pompeya Sur, de Quilpué. Pese a la advertencia, la alerta de evacuación SAE fue emitida por parte de Senapred recién a las 18.36, casi una hora después.
Con la tardía emisión de las alertas, la tragedia fue inevitable en el campamento y se perdieron vidas de personas y animales, mientras que un total de 121 casas fueron consumidas íntegramente por el fuego, según el catastro del Plan de Reconstrucción.
Un año después de la tragedia, El Mercurio de Valparaíso recorre el arrasado campamento junto a sus vecinos. Si bien Pompeya ya no luce aquel aspecto apocalíptico de febrero de 2024, en buena parte gracias al empuje de sus propios habitantes y la urgencia por reconstruirse un techo, lo cierto es que en cada esquina e historia familiar se percibe la ausencia del Estado.
Aglomerados en 24 m²
Una de las vecinas que perdió su hogar aquel fatídico 2 de febrero es Patricia Leiva. A un año de la tragedia, advierte que los vecinos del campamento viven en condiciones indignas.
"La reconstrucción no avanza. Como ve, seguimos igual nomás. Hay gente que tiene su casita bien parada (autoconstruida), hay otras que todavía siguen con su mediagua mal construida, poco digna, con familias que son de seis personas, en un espacio que con suerte caben tres", dice Patricia en diálogo con EMV.
"se olvidaron"
La vecina vive hoy junto a sus dos hijos en una vivienda de emergencia entregada por Senapred. Asegura que estas mediaguas se encuentran hoy "en pésimo estado" y que presentan filtraciones de agua. "Yo creo que ya se olvidaron de nosotros. Imagínese que estamos protestando para que no nos quiten el bono, de aquí hasta que tengamos nuestro subsidio", dice.
El relato de Patricia concuerda con la situación que vive Luis Tapia Hernández, damnificado de Pompeya Sur que, tras perder su vivienda, hoy convive hoy junto a su esposa y tres hijos en una mediagua de apenas 24 metros cuadrados.
"Aquí yo tenía mi vivienda, mi emprendimiento, mi negocio, mis cosas, y perdimos todo. Ahora vivo aquí con mi señora y mis tres hijos, y tenemos que acomodarnos, en la medida que podemos", cuenta Luis.
Viendo los exiguos avances de la reconstrucción en sectores regularizados, el padre de familia es poco optimista respecto a la respuesta que dará el Estado en el campamento.
"Si no ha avanzado (la reconstrucción) en el sistema regular afuera, para los otros que vivimos en campamento ha sido más complicado todavía. El apoyo del Gobierno no es el 100% con nosotros, que somos personas de toma. Nosotros vamos a cumplir un año en estas condiciones", lamenta el vecino, con una voz cortada que representa fielmente el doloroso año que ha vivido junto a su esposa y tres hijos.
Mediaguas sin terminar
Un claro signo de la pobre respuesta estatal son las condiciones en las que fueron entregadas parte de las viviendas de emergencia de Senapred.
Tapia advierte que, a un año del megaincendio, "hay casas que nunca fueron terminadas concretamente, que quedaron a la mitad". Y agrega que nunca se suministraron los servicios básicos: "Instalaron la vivienda y la dejaron ahí. Nos dijeron 'más rato venimos, más rato venimos', y no vinieron nunca. Yo he tenido que picar la calle para tener agua, para conectarme al desagüe".
A su juicio, las autoridades se han olvidado de Pompeya: "Se fue la tele, se fueron las ayudas y aquí quedamos nosotros. Ahora nos quieren sacar los bonos, que más encima no los pagan completos".
No cuentan con baños
Recorremos unos metros y, a un costado de la cancha de Pompeya Sur, nos encontramos con Jorge Mora, restaurador de muebles que hace de padre y madre de sus hijas de 10 y 12 años, respectivamente.
Cuenta Jorge que, tras perder su casa en el megaincendio, tuvo que invertir $7 millones de sus ahorros en construir una vivienda que, ahora, no sabe si tendrá que ser demolida ante un eventual desalojo.
"Invertí unos 7 millones de pesos arreglando todo y ahora dicen que nos van a echar. Era una platita que yo tenía para irme de acá, porque este era un paso para mí y mis niñas. He vivido mucho tiempo sólo con mis hijas, soy papá y mamá", cuenta.
Jorge es especialmente crítico con las mediaguas que entregó Senapred. Cuestiona que, si bien se comprometió que las casas contarían con baños con fosas sépticas, estas finalmente "nunca se hicieron". Para colmo, advierte que los baños públicos que se habían instalado fueron retirados. "El Gobierno cree que la gente tiene baños en las casas y no hay alcantarillado, no hay nada. La gente tiene que escarbar para hacer sus necesidades", dice.
"Mi hermano se suicidó el 9 de septiembre, por la depresión que ha significado todo esto. (...) Estamos en total abandono".
Katherine Carreño, Damnificada de Pompeya Sur
"Se fue la tele, se fueron las ayudas y aquí quedamos nosotros. Ahora nos quieren sacar los bonos, que encima no los pagan completos".
Luis Tapia Hernández, Damnificado de Cto. Pompeya
"El Gobierno cree que la gente tiene baños en las casas, y no hay alcantarillado, no hay nada. La gente tiene que escarbar para hacer sus necesidades".
Jorge Mora, Damnificado de Cto. Pompeya
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