Cambios al Plan Calles Sin Violencia
Es indudable que el programa estrella del Gobierno debe tener mejoras, pero estas deben partir del diagnóstico más preciso. El Ministerio del Interior debe informar tanto la evaluación que hace del plan, como las medidas específicas que aplicará para revertir la realidad que exponen las cifras.
La subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao, anunció esta semana que el Gobierno prepara un rediseño del plan Calles Sin Violencia, el programa estrella para enfrentar los problemas de seguridad pública que viven numerosas comunas del país. Las nuevas medidas contemplarían un trabajo más activo de los alcaldes -con herramientas aún por definir-, así como acciones preventivas para aumentar el control sobre la comercialización y uso de armas de fuego. Sin embargo, todas las expectativas que puedan surgir en torno a un mejoramiento del sistema, que lo necesita, pueden derivar en una decepción mayor si los cambios no surgen de un diagnóstico adecuado. Las mismas declaraciones hechas por Leitao plantean la duda cuando dice que "lo que ocurrió es que en muchas de las comunas donde se implementó el plan, en la gran mayoría, tuvo buenos resultados y especialmente en regiones; sin embargo, en la Región Metropolitana, en algunas comunas principalmente, no tuvo buenos resultados".
Tal como queda en evidencia con las cifras dadas por Fiscalía a inicios de este año -que revelan un aumento de casi 10% en los homicidios y otro tanto en delitos violentos-, y con los casos que cada día afectan a vecinos de Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué y Cartagena, comunas donde opera el plan Calles Sin Violencia, la seguridad pública no logra revertir la percepción de que delincuentes y traficantes campean en muchos puntos de la zona, especialmente de noche.
Por ello, se hace necesario que el Ministerio del Interior y la Subsecretaría de Prevención del Delito transparenten el diagnóstico sobre el funcionamiento de este programa en las cuatro comunas de la región donde opera y expliquen qué medidas específicas se aplicarán para revertir la dura realidad que exponen las cifras.