El fracaso de la Gala del Pueblo
Cierta irresponsabilidad existió en empujar la organización de un evento paralelo bajo la batuta de una polémicainfluencer. También se deslizaron acusaciones de "clasismo" por haberla dejado fuera del acto oficial y hasta el rechazo de la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti.
La influencer Naya Fácil sacudió el verano organizando una actividad paralela a la tradicional Gala del Festival de Viña del Mar en protesta por no haber sido invitada a ésta por la organización y el canal Mega. Con la complicidad de otras estaciones de televisión, su exclusión del evento se tomó la agenda de los matinales y programas de farándula, incluyendo provocadoras invitaciones a la noche oficial por parte de animadores, e incluso el préstamo de un vestido ofrecido por una exanimadora del Festival de la Canción caída en desgracia.
Así, en paralelo al evento que se llevará a cabo en el Sporting Club el viernes 21, la joven pretendía realizar otro en el Estadio Español de Recreo, con invitación y hasta pidiendo colaboraciones para su financiamiento. Sin embargo, se topó con la negativa de los canales a transmitirlo, arguyendo entendibles líos presupuestarios, y el rechazo de los vecinos del sector residencial de Villa Moderna, en Recreo.
Finalmente, sería ella quien comunicaría que se suspendía el evento y que devolverá o donará el dinero que se alcanzó a recaudar.
En esa línea también se deslizaron acusaciones de "clasismo" por haberla dejado fuera del acto oficial y hasta el rechazo de la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, con quien tuvo diferencias públicas en el pasado tras el megaincendio del 2 de febrero del año pasado.
Atendiendo la libertad de todos a expresar y formar parte del Festival de Viña del Mar, se dificulta un tanto la comprensión del aliciente que tuvieron los canales no oficiales para empujar una polémica bastante artificial respecto de la presencia de la mediática joven en un evento que, desde hace algún tiempo y empujado por tragedias y conflictos sociales, intentaba desmarcarse de esa liviandad farandulera que no pareciera sintonizar con los tiempos que se viven en el país y, por estas aciagas fechas más que nunca, en la Región de Valparaíso.