Correo
Alza de pasajes I
Se anuncia una nueva alza en los pasajes de la locomoción colectiva del Gran Valparaíso, curiosamente de 30 pesos, y no se han escuchado los reclamos del progresismo, no hay saltos en los torniquetes del metrotrén y tampoco manifestaciones públicas. ¿Será que están de vacaciones o se están reservando para el próximo gobierno?
Mario Mateluna Morales
Alza de pasajes II
Recientemente hemos sido testigos del anuncio de un nuevo aumento en las tarifas del transporte público regional, un ajuste después de una subida similar en diciembre pasado. Lo preocupante de esta situación es que, desde ese entonces, hemos presenciado un aumento alarmante en los incidentes relacionados con este servicio, incluyendo agresiones a pasajeros, excesos de velocidad y fallas técnicas, como ocurrió con una micro que quedó sin frenos mientras se encontraba circulando con pasajeros en Laguna Verde.
Los usuarios del transporte público se encuentran en una encrucijada: mientras los precios continúan en aumento, la calidad del servicio no lo hace. Las preguntas que surgen son inevitables: ¿se justifican estas dos alzas tan seguidas? ¿Realmente se destinan parte de estos ajustes a mejorar el funcionamiento del transporte público? Es fundamental entender que la falta de transparencia en las decisiones que motivan estos incrementos genera descontento y desconfianza en la población.
Muchos de nosotros no comprendemos las razones detrás de estos reajustes, ni quiénes son los responsables de tales decisiones, ni menos si es que utilizan el servicio. El transporte público en nuestra región enfrenta una crisis prolongada y estas medidas, sin la debida explicación y sin evidencias que lo ameriten, sólo agravan la frustración de miles de usuarios.
Joaquín Sanhueza Rivas
Amnesia política
Los dichos de la vocera subrogante, afirmando no recordar "que haya habido enfrentamiento directamente con Carabineros" de quienes hoy gobiernan, en los días convulsos de la frustrada insurrección de octubre de 2019, son una expresión clamorosa de tartufismo vergonzante y tendencioso, que pone al descubierto la calidad moral con que ella y otros dirigentes de la izquierda entienden y actúan en política. Tal vez estos dirigentes no estaban entre la caterva de energúmenos que agredieron físicamente a los funcionarios policiales, pero no cabe duda de que cohonestaron, aportaron rebuscadas explicaciones, alentaron con entusiasmo y proveyeron sustento político a esa violencia cavernaria que ensombreció nuestra convivencia democrática.
Esos mismos dirigentes tuvieron la desfachatez de rendir homenaje en el Congreso Nacional a los muchachones de la llamada "primer línea", emporcando así un símbolo común de la democracia. Después, intentaron derrocar al gobierno legítimamente constituido y, al no conseguirlo, urdieron un mecanismo artificioso para hacer realidad el sueño más anhelado de su relato ideológico y divisivo, cambiar la Constitución. Ese mecanismo dio lugar a la Convención y a la delirante propuesta constitucional con que pretendieron borrar la historia, haciendo gala de un voluntarismo lindante con el pensamiento mágico. Todo ese proceso condujo a una derrota estrepitosa en las urnas y al más rotundo fracaso político de esos dirigentes, que la ciudadanía no olvida, puesto que la decadencia en que aún está sumido nuestro querido país, precisamente, reconoce en esos hechos uno de sus hitos más oscuros y determinantes.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Unidad y sentido común
Quiera Dios que quienes se dicen de derecha hayan leído y comprendido el llamado a la unidad -y al sentido común- que hace Joaquín García-Huidobro, en su columna del sábado 15, en El Mercurio de Valparaíso. Su pregunta es de Perogrullo: si se estima que el gobierno de Bachelet II no fue bueno para el país y el que el actual ha persistido y profundizado en aquellos errores, "¿por qué no actúan en consecuencia?". Ya es hora de tener claro que la presidencia y el Parlamento no están al alcance de la mano como para seguir con infantiles egos y caprichos.
Miguel Á. Vergara Villalobos
Baquedano I
La figura del general Manuel Jesús Baquedano González, hasta el día de hoy sigue causando controversia, lo que es lamentable para una figura que fue militar, senador y presidente provisional de Chile. En cualquier lugar del mundo un ciudadano con estas credenciales tendría un monumento en la parte más importante de la ciudad, pero esto no se puedes esperar en Chile, donde la destrucción de infraestructura pública y privada es lo que está incluido en cualquier manifestación social.
Gonzalo Valdés Lufi
Baquedano II
El monumento al general Baquedano fue construido por erogación popular. Más de 150.000 personas aportaron dinero para ello, cuando la ciudad de Santiago tenía 300.000 habitantes. La escultura, obra del escultor chileno Virginio Arias, fue inaugurada el 18 de septiembre de 1928. A los pies del monumento, en una cripta conocida como la "Tumba del Soldado Desconocido", se hallaba el cuerpo momificado de un joven chileno de entre 15 y 17 años de edad, que fue encontrado en el "Campo de la Alianza", donde tuvo lugar la Batalla de Tacna.
En una placa conmemorativa de la cripta, inaugurada en el año 1931, se leía: "Aquí descansa uno de los soldados con que el general Baquedano forjó los triunfos del heroísmo chileno".
Dicho monumento es un panteón de la patria; un homenaje a los soldados de la Guerra del Pacífico y simboliza el sacrificio de miles de chilenos.
Adolfo Paúl Latorre
Jura de la Independencia
La sección "Nuestro archivo" de este prestigioso Diario, menciona que para el 11 de febrero de 1875 se establecían órdenes de salvas de honores, edificios enarbolados con el pabellón nacional y buques con empavesado completo, a fin de celebrar al día siguiente el aniversario de la jura de la independencia. Contrasta dicho hecho histórico con la casi nula relevancia de esta efeméride inserta en una época donde vale más resaltar las actividades turísticas y artísticas del verano. Se equivocan las autoridades al sepultar un momento muy importante de nuestra historia. Una cosa no quita la otra y ambas pueden perfectamente convivir.
Jorge Vidal Stuardo