Horas decisivas para la Megatoma
El Gobierno agota sus recusos para llegar a un acuerdo que evite un desalojo que puede terminar siendo un legado negro en su último año. Lo que ocurra o deje de ocurrir el próximo jueves será el choque del llamado imperio de la ley contra la realidad de un país, y de una región, que no han sabido manejar el colapso habitacional y las ocupaciones ilegales.
Más de 4 mil familias, unas 11 mil personas, habitan la Megatoma de San Antonio, una de las más grandes de todo el país, y que ocupa 260 hectáreas del cerro Centinela. La Corte de Apelaciones de Valparaíso -tras acoger un recurso de los dueños del extenso predio- ordenó iniciar el desalojo total para el próximo jueves 27 de febrero a las 10 horas. Tanto el gobernador regional Rodrigo Mundaca como el alcalde de San Antonio, Omar Vera, y los propios ocupantes de la toma han advertido los riesgos que conlleva una operación de estas características. Otros, como el Premio Nacional de Arquitectura, el nonagenario Miguel Lawner y el exalcalde de Recoleta, Daniel Jadue, pretenden apersonarse en el lugar para apoyar la resistencia al desalojo. Este último incluso invocó la memoria del fallecido ex Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y llamó a expropiar el terreno con fuertes críticas al gobierno de Gabriel Boric. "Nosotros, como coalición de gobierno, nos comprometimos a nunca desalojar mientras no hubiera una solución habitacional. No íbamos a tirar a nadie a la calle, menos para cuidar intereses privados de gente que hace especulación con el suelo urbano", expuso Jadue respecto de los terrenos de la Inmobiliaria y Constructora San Antonio S.A.
Lo que ocurra o deje de ocurrir el próximo jueves será el choque del llamado imperio de la ley contra la realidad de un país, y de una región, que no han sabido manejar el colapso habitacional y las ocupaciones desde comienzos de este siglo.
El Gobierno del Presidente Boric enfrenta así una crisis inminente, que intentará ser desactivada con una última oferta económica para que los propietarios vendan los terrenos a cooperativas de pobladores, pero que no muestra muchos visos de éxito. De otra forma, se arriesga a una crisis humanitaria de proporciones y que incluso podría llegar a costar vidas y el colapso de las comunas costeras. Y atención: desde el cerro Centinela podría surgir también un nuevo músculo político regional que apuntale esa izquierda con guiños anarquistas de la cual hablábamos ayer en este mismo espacio.