Palacio Rioja, donde mobiliario y salones remiten a la élite del siglo pasado en Viña
Junto con conservar muebles y objetos de la familia, el museo también ofrece una amplia cartelera cultural para los visitantes.
El Museo de Artes Decorativas -Palacio Rioja, ubicado en el corazón de Viña del Mar (Quillota 214), es un emblema de la arquitectura histórica chilena y un testimonio vivo de la evolución social y cultural de la ciudad.
Su construcción fue encargada por la familia Rioja Ruiz en 1907, en un terreno adquirido tras el devastador terremoto de 1906. "La familia se trasladó a Viña del Mar tras perder su casa en Valparaíso, y este palacio se convirtió en su hogar hasta 1956", explica Emelina Zavala, historiadora del recinto.
Diseñado por el arquitecto Alfredo Azancot Levi, el lugar presenta un estilo ecléctico que mezcla elementos de la arquitectura neoclásica y del estilo imperio, característico de la Belle Époque.
Con una superficie cercana a los 2.000 metros cuadrados, el palacio permaneció cerrado seis años tras sufrir daños a causa del terremoto de 2010. Desde su reapertura en 2016, ha sido meticulosamente conservado, siendo un lugar donde cada rincón cuenta una historia. "Poder ver los objetos de arte decorativo y cotidianos de la familia nos permite viajar en el tiempo y observar un fragmento de la vida de principios del siglo XX", sostiene Paula Araya, coordinadora el museo.
Valor patrimonial
El recinto, que desde 1985 es monumento nacional, cuenta con una rica colección de objetos que pertenecieron a la familia Rioja. "Los muebles, textiles y decoraciones originales nos transportan a una época en la que la familia disfrutaba de una vida llena de riqueza y diversidad", señala Zavala.
Es así como se pueden apreciar piezas de alta calidad, como una magnífica mesa de comedor que puede albergar hasta 24 comensales, así como un piano de cola que fue símbolo de la vida social de la élite viñamarina. "Este piano no solo era un mueble, sino el centro de la vida social, donde se realizaban velas musicales y reuniones importantes", comenta Araya.
Además de estos objetos emblemáticos, el museo alberga una serie de retratos familiares que muestran la evolución de la familia a lo largo de las generaciones. "Cada retrato tiene una historia, desde las celebraciones familiares hasta momentos cotidianos que reflejan la vida de aquellos tiempos", añade Emelina Zavala.
Esto se complementa con documentos y cartas que permiten a los visitantes conocer más sobre las relaciones sociales y los vínculos que mantenían las familias poderosas en Viña del Mar. "La historia de la familia Rioja es una ventana a la sociedad chilena de principios del siglo XX, y cada objeto en la colección cuenta parte de esa historia", asegura Paula Araya.
Decoración y elegancia
El Palacio Rioja no solo se distingue por su rica historia y su valiosa colección, sino también por la exquisita decoración de sus salones, cada uno de los cuales cuenta con detalles que narran una compleja historia de elegancia y comodidad.
"Los salones son el reflejo del estilo de vida de la familia Rioja, donde se mezclan la opulencia y la funcionalidad", destaca Emelina Zavala. Los paneles decorativos, elaborados en madera fina, y los techos altos adornados con yeserías exigen una atención especial.
En el salón principal, una impresionante lámpara de cristal cuelga majestuosamente, mientras que los muebles de época, como los sitios tallados a mano y la imponente vitrina que albergaba la cristalería, ofrecen una mirada al lujo cotidiano de la élite.
Además, el mobiliario incluye mesas de centro, cómodos sillones tapizados en telas de alta calidad que evocan la sofisticación de la época. Los hermosos espejos y las cortinas de damasco completan un ambiente que invita a la contemplación y al disfrute.
Además, el museo ha implementado recursos de material didáctico que facilitan la interpretación del inmueble, permitiendo a los visitantes comprender la historia detrás de cada sala y objeto. "Utilizamos maquetas, guías visuales y elementos interactivos que ayudan a contextualizar no sólo los muebles, sino también la vida que se llevaba en estos espacios", explica Paula Araya.
Por ejemplo, los visitantes pueden encontrar folletos con descripciones de cada espacio, así como códigos QR que enlazan a contenido multimedia, permitiendo una experiencia más inmersiva. "Nuestro objetivo es que la historia de este palacio no sea solo vista, sino también vivida y comprendida", afirma Araya.
La preservación de esta colección resalta la importancia de proteger el patrimonio, y también actúa como un recurso educativo invaluable. "Nos esforzamos por asegurarnos que las nuevas generaciones comprendan la relevancia de estos objetos, ya que representan no solo el pasado de una familia, sino una parte integral de la identidad cultural de nuestra ciudad", enfatiza Zavala.
Es así como en la actualidad, el museo ofrece recorridos libres que permiten a los visitantes explorar el lugar a su propio ritmo, una novedad que se ha implementado este año. "Ahora puedes recorrerlo libremente de martes a domingo con entrada gratuita", añade la coordinadora.
Centro cultural
Desde su conversión en museo, en 1979, el recinto ha buscado consolidarse tanto como un espacio de preservación histórica como un centro cultural. "Venir al Palacio Rioja no es solo disfrutar de la arquitectura, sino también participar en una variedad de actividades que enriquecen nuestra percepción de la cultura", comenta Araya.
Es así como se puede encontrar alternativas de talleres para niños y adultos, conciertos -este viernes 28, por ejemplo, será el turno del Ensamble Musical y Canto (19 horas)-, y funciones de cine en la Sala Aldo Francia.
A ello se suman exposiciones temporales, como la de Luis Poirot, titulada ¿Dónde está la fotografía? "Queremos que los visitantes no solo vean las fotografías, sino que se adentren en la narrativa que cada imagen presenta, explorando las historias detrás de ellas", comenta Paula Araya.
La exposición se complementa con talleres y charlas que invitan a los asistentes a desarrollar sus propias habilidades fotográficas, propiciando un ambiente interactivo donde todos pueden explorar su creatividad.
Además, se realizarán visitas guiadas centradas en la obra de Poirot, facilitadas por expertos que ayudarán a desglosar las técnicas y conceptos. La idea es que esta exposición se convierta en un punto de encuentro para los amantes de la fotografía, así como para aquellos que se inician en este arte.
El palacio está abierto al público de martes a domingo de 10:00 a 13:30 y de 15:00 a 17:30; y también es posible adentrarse en sus jardines, que tienen su propio atractivo, y en el café que allí se ubica. La entrada es gratuita y la información de la cartelera de actividades está disponible en Visitavina.cl o en las redes sociales del recinto. 2
Sebastián Casanova Díaz
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