Myriam Hernández coronó su regreso a Viña del Mar con gaviota de platino
FESTIVAL. Fue una noche en la que fluyeron las emociones y en la que Chiqui Aguayo nuevamente triunfó.
Se sabía que la de anoche sería una jornada emotiva, y así fue. No sólo porque era el regreso de Myriam Hernández a la Quinta Vergara después de 23 años de no presentar su show en solitario, sino también porque el público llegaría a abrazarla por el difícil momento que pasa tras su separación matrimonial.
Pero incluso fue más de lo esperado, porque en reconocimiento a su historia con el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar -en el cual ha sido jurado, artista, animadora y hasta reina-, se le entregó una gaviota de platino entre las lágrimas de la intérprete de "Herida" canción con la que cerró su show, tras confirmar que por primera vez en la historia una mujer hará una fecha en el Estadio Nacional el próximo 23 de mayo.
Fue una jornada en la que la intérprete lo entregó todo, a pesar de algunos problemas de audio, y en la que también Chiqui Aguayo consiguió triunfar nuevamente, después de su show del 2017, con una rutina centrada en su maternidad y su vida cotidiana, sin obviar los garabatos, porque es imposible hacer reír sin ellos, según ella dijo. Se llevó todos los premios del certamen.
La mágica noche
Así como había una deuda pendiente con Karen Doggenweiler en la animación del Festival, también estaba el regreso de Myriam Hernández al evento. Eso quedó demostrado cuando apareció en 2023 para una colaboración con Karol G, y la Quinta Vergara se vino abajo.
Pero la espera de 23 años finalizó anoche con la cantante chilena cantando, bailando y jugando con sus músicos, y ante una fanaticada que llegó en masa a verla y cantar con ella, demostró por qué es la baladista latinoamericana y una de las chilenas que triunfa en el mundo.
Tras mostrar un video de su historia en el certamen, apareció cantando "El hombre que yo amo", iniciando un recorrido de puros hits casi sin pausa para la felicidad de los asistentes que corearon con ella cada uno de los temas y el mix que hizo con canciones como "Eres", "Mío", "Tonto" y "No te he robado nada".
Luego de cantar "Leña y fuego", con los Power Peralta como parte del cuerpo de baile -que le entregaron sentidas palabras: "Eres la reina de chile, gracias por representarnos tan bien"-, le fue concedida la gaviota de plata, mostrándose visiblemente emocionada, incluso hasta lágrimas, antes de cantar "Un hombre secreto". De inmediato la gente empezó a pedir la de oro, pero ella siguió cantando.
Fue justamente en esta parte en que apareció el maestro Valentín Trujillo para acompañarla y cantar "Se fue". "Es un honor para mí estar contigo", le dijo la cantante nacional, para luego seguir con "Quiero saber" y "Peligroso amor".
La gaviota de oro cayó fácilmente, lo que seguía emocionando a la artista. Pero desde que se confirmó el show, sus fans aseguraron que pedirían la gaviota de platino. Los animadores pusieron tensión mientras se firmaba el decreto que le entregaba la gaviota de platino, la quinta en la historia del certamen.
La cantante no pudo contener sus lágrimas, siendo fuertemente abrazada por Karen Doggenweiler-, como también pasó con su hijo Jorge, su actual mánager, y su hija Myriam, quienes subieron a la Quinta Vergara a abrazarla.
"Gracias por sostenerme", dijo la cantante chilena al público tras recibir el máximo reconocimiento. "Ay amor" y "Huele a peligro" fueron parte del final. "Estoy como flotando", acotó en backstage.
Un show adecuado
El show de Chiqui Aguayo, que estuvo a veces un tanto acelerada, comenzó cuando contó que su hija tenía 5 años, y agradeció la invitación porque "quiero que mi hija crezca con una mamá elegante", por lo que siguió contando que estaba haciendo cosas de "cuica", como hacer padel e ir a una cata de vinos.
La comediante no se quedó callada y respondió a las críticas que se le hicieron en 2017: "A las mujeres comediantes se nos exige hacer reír sin garabatos", algo que, dijo, "era imposible", porque hay que "hacer reír a un país deprimido". Y se dio un gusto: "Con todo respeto Alberto Plaza, ándate a la chucha".
Después siguió su rutina sin filtros sobre su vida como mamá, lo pésima dueña de casa que es y lo que ha cambiado su vida desde que nació "la bendición", y revivió sus traumas de infancia, como el viaje a Disney que su padre nunca le cumplió, pero que ella sí hizo con su hija.
Fue una rutina que enganchó con los asistentes que río durante toda su actuación. Lo que hizo Chiqui Aguayo fue, precisamente, lo que le faltó a George Harris, rutinas cortas, con remates inmediatos y empatizando en todo momento con los asistentes.
Tras terminar la primera parte de su rutina, el público pidió la gaviota de plata, seguida inmediatamente de la de oro. "Qué emoción", dijo y agradeció el que le permitieran poder hacer reír al público. En el bis siguió hablando de la maternidad y la sexualidad, y leyó un cuento que le escribió supuestamente a su hija, donde habló de política haciendo alusión a "Chile, la alegría ya viene" o los audios de Hermosilla, los deliverys de venezolanos, la Constitución y hasta corearon algunos memes.