Valeria Vilches

Emoción fue una de las palabras que más repitieron los integrantes del conjunto colombiano Morat frente a lo que será su debut en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, el cual ha generado alta expectación entre sus seguidores. Desde su colaboración con Juanes en 2018, con la canción "Besos en Guerra", su público ha pedido que se incluyese en la parrilla, y esta vez le tocará abrir la jornada de hoy, en la que también estarán Pedro Ruminot y Sebastián Yatra.

Juan Pablo Villamil, guitarrista del grupo, aseguró que "hemos soñado con venir al escenario hace mucho tiempo y la noticia nos alegró bastante. Esto no lo hubiéramos podido lograr sin nuestros admiradores, quienes fueron un pilar fundamental para que nos invitaran al evento".

Trabajo especial

La banda ha ensayado sin descanso durante un mes y medio para su presentación en la Quinta Vergara, diseñando una propuesta de montaje distinta a la que ha expuesto en sus anteriores conciertos en Chile.

Martín Vargas Morales, vocalista y baterista del grupo, comentó que "tenemos un nueva escenografía y visuales para nuestro show, ya que queríamos mostrar la transición del cuarto disco Morat al quinto, que saldrá próximamente".

"Este es el segundo recital que hacemos en el año y es un desafío estar tocando en la fiesta de la música. Desde el comienzo asumimos el reto con todas las de la ley y estamos ansiosos de lo que nos depara esta noche", agregó. En esta misma línea, el conjunto agradeció a sus admiradores chilenos, reconociendo que fueron ellos, en gran medida, responsables de su debut en Viña 2025, realizando diversas campañas en redes sociales.

"La organización que tuvieron los fanáticos fue realmente increíble, nunca lo habíamos visto en otra parte, ya que se movilizaron para que nosotros pudiéramos actuar en este anfiteatro. Siempre hemos tenido una relación muy estrecha con nuestro público, incluso realizamos algunos cambios en la setlist, porque vimos que lo estaban pidiendo", comentó Villamil.

Un buen año

La banda colombiana concluyó recientemente su gira "Los Estadios", en la cual reunieron a 800 mil asistentes en 25 estadios de diferentes países.

"Nunca pensamos que nuestras canciones marcarían una generación y nos sorprende que diversos tipos de personas, totalmente distintas, sean oyentes de nuestros temas. Ha sido un orgullo ser parte de sus vidas", sostuvo Juan Pablo Isaza, guitarrista del cuarteto.

Los otros números

En cuanto a Yatra, quien en 2019 ya se presentó en el Festival, aunque en forma acotada por su rol de jurado, ahora actuará con una orquesta de 80 músicos con los que se encuentra ensayando desde el viernes, cuando arribó a Chile. Según comentó el director ejecutivo de Viña 2025, Daniel Merino, el músico colombiano preparó un show especial para esta edición.

En cuanto a Ruminot, hoy será su tercera oportunidad en la Quinta Vergara. En la primera sólo obtuvo una gaviota de plata y en la segunda, ambos galardones. Ahora llega tras hacer un especial para Amazon Prime grabado en el Teatro Municipal de Viña del Mar.

Tras el fracaso de George Harris, ayer fue el tiempo de los análisis. Mientras varios humoristas criticaron la puesta en escena del venezolano radicado en Miami, Álex Hernández, director televisivo del Festival, aseguró que hubo dos problemas.

"Cometió el error de distraerse, él traía una rutina muy sólida, había un grupo de personas que estaba organizada y que le gritaban cosas, lo distrajo y no siguió su rutina. (...) El segundo error que cometió es equivocarse al momento de enganchar", sostuvo.

Sobre el primer punto, afirmó que "por supuesto que hubo xenofobia, aquí hubo un grupo de venezolanos que estaban arriba (galería) que fueron atacados por un grupo pequeño de chilenos organizados", y "ese pequeño grupo de chilenos" fue el responsable de lo sucedido, ya que se transformó en una pelea entre banderas.

Asimismo, explicó que por contrato los artistas tienen que actuar 50 minutos, y de allí que salieran los animadores dos veces a intentar que siguiera su rutina, la que, por cierto, nunca desarrolló, ya que pasó más tiempo increpando al público.

Sin pelear

Al respecto, Daniel Merino, director ejecutivo del certamen, comentó que en una de las pausas que hubo en su actuación Harris le preguntó cómo revertir la situación, y él respondió: "No pelees con el público, anda más rápido y lo otro, que también entra con tu rutina".

Contó que "no hizo la rutina que estaba planificada y que nosotros revisamos". Añadió que "debe haber hecho 10 minutos de su rutina al comienzo y después, la parte de la música era el final. O sea, se saltó toda la rutina y se fue".

Incluso los propios animadores, sobre el escenario, le insistieron que no peleara, pero no hizo caso.

La Hildita me alega que antenoche ronqué como simio empachado. Seguramente debe ser por la indigestión que me provocó ese humorista venezolano con nombre gringo, que no sólo no logró sacarme ni media sonrisa, sino que terminó poniéndome de malas cuando se puso grosero y mandó al público a "jalarse el muñeco" o "levantarse" una venezolana sin que los animadores lo echaran de una buena patada en el traste.

A mí, la verdad, siempre me ha gustado el morbo que provoca el humor y aún tengo la colección en VHS de "Cementerio pal pito" de los Dinamita Show, a quienes conocí hace tantos años en la Avenida Valparaíso, como también un muro entero de recuerdos por los caídos: el inigualable Sergio Feito (1990), Óscar Gangas, Sarah Sanders (1998), Vanessa Miller (2003), Natalia Cuevas (2004), Salomón y Tutu Tutu (2008), Manpoval (2009), Rudy Rey (2014), Ricardo Meruane (2011 y 2016), Jani Dueñas (2019) y Javiera Contador (2024).

¿Los éxitos inolvidables? Fue puro rating, pero Ruperto (2006) la rompió, al igual que Coco Legrand ese mismo año, los ya mencionados Dinamita (2001), el Stefan Kramer del preestallido (2008), Bombo Fica (2012), Felipe Avello (2019) y Jorge Alís (2014).

A la Chiqui Aguayo yo le tengo buena, pero hay que reconocer que es más garabatera que barrista ebrio. El 2017, que le fue súper bien, se llevó todas las gaviotas, aunque, como me recuerda la Hildita, también arrastró bastantes críticas por la gran cantidad de chistes de la cintura para abajo que dejó sobre la Quinta Vergara.

Entonces fue que convencí a la Hildita y me senté anoche, libreta en mano como el profesional que soy, a escuchar la nueva rutina maternal de la Chiqui. ¿Qué podía salir mal?

Empezó con la historia de cómo se curó en una cata de vinos, reivindicó el uso de groserías en la boca de las mujeres, provocó al público para que éste le pidiera no autocensurarse ("ah, ¿quieren que me ponga ordinaria? ¿que anime a gente deprimida y más encima sin decir garabatos")

¿Resultó graciosa? Sí, como que los garabatos le acomodan a la Chiqui. Son otros tiempos, supongo. Ya no estamos para el viejo Sandy, tan elegante él.

Por Segundo Céspedes Céspedes