Suspensión tardía del Festival de Viña
La excesiva demora en postergar la tercera jornada del evento habla de la incapacidad de tomar decisiones, algo muy peligroso. La situación, coordinada con la alcaldesa de Viña y la productora Bizarro (responsable del Festival), terminó con la irresponsable apertura de las puertas de la Quinta Vergara.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, anunció anteayer el estado excepcional de emergencia por catástrofe y el toque de queda -desde las 22 horas del martes hasta las 6 am del miércoles- por el masivo corte de energía eléctrica que iba desde Arica y Parinacota hasta la Región de Los Lagos, afectando a unas 19 millones de personas, pero dejó en el aire un detalle muy importante: no suspendió la tercera jornada del Festival de Viña, contando con los generadores propios y a la espera de la reposición del sistema o que milagrosamente se echara a andar la subestación de energía de Quintero.
La situación, coordinada con la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, y la productora Bizarro (responsable del Festival de la Canción), terminó con la irresponsable apertura de las puertas de la Quinta Vergara a las 19 horas para unas 5 mil personas que se agolparon en sus puertas y quienes, de haberse suspendido a tiempo, bien pudieron trasladarse a sus casas con luz natural.
Como no mucho de lo presupuestado funcionó, se optó pasadas las 20.30 horas, a sugerencia de Bizarro, por cancelar la noche y postergar la presentaciones de Morat, Pedro Ruminot y Sebastián Yatra para el día sábado 1 de marzo, lo que recién fue comunicado por el delegado presidencial regional, Yanino Riquelme (¿era necesaria tanta burocracia?), a las 21 horas.
De tal manera, se provocó la salida de cientos de personas, entre confundidas y molestas por la inoperancia de las autoridades y la organización, en busca de transporte, algún lugar abierto para comer o lo que fuera, lo que por supuesto aún no había, pese a que a esa misma hora comenzaba a reponerse el suministro eléctrico con regularidad.
Tratar el evento como otra desprolijidad del Gobierno no sería justo. Pero sí hay que hincar el diente a la inexistente autoridad de la DPR y la Gobernación.