DE TAPAS Y COPAS Quimey, un espacio libre de gluten
POR MARCELO BELTRAND OPAZO, CRÍTICO GASTRONÓMICO
Hace un tiempo visitamos el restaurante Quimey Fusión y Gluten Free (ubicado en 5 Norte 217, en Viña del Mar), un espacio totalmente libre de gluten, y creo no equivocarme, el único local gluten free de Viña. Degustamos una propuesta llena de sabor, con una carta variada y muy completa, encontramos de todo, desde pastel de jaiba, pasando por milanesas, sushi, ceviches, sopaipillas, empanadas, pescados, carnes, etc. Todo un abanico de propuestas gastronómicas libres de gluten. Me sorprende la versatilidad de la cocina del Quimey, porque la idea totalmente equivocada que se ha tenido sobre la comida libre de gluten ha prevalecido en la industria gastronómica, relegándola a un segundo plano.
Creo que este restaurante viene a reivindicar la comida libre de gluten, aportando a la rica carta gastronómica que ofrece la ciudad.
El Quimey es cómodo. Tanto en su interior como en la terraza, es grato sentarse en una de sus mesas y disfrutar de su carta. El día que fuimos a degustar sus platos comenzamos con Ebi Mozzarella (camarones ecuatorianos y queso sin lactosa, apanado gluten free, acompañado de salsa a elección, que puede ser creen cheese o honey mustard Quimey). Estos bastoncitos estaban suaves, con un apanado delgado y crujiente. Además, el sabor se mezclaba perfectamente entre los componentes. Muy ricos. Junto con los apanados de mozzarella, nos trajeron el Tofu Furai Vegano (porción de tofu con topping de cebollín, kakaige y salsa acevichada vegana). Y aquí me detengo, porque el tofu es un alimento que debiéramos consumir mucho más, en realidad es un súper alimento de origen asiático que se obtiene de la leche de soja coagulada y prensada en bloques.
Es un ingrediente fundamental en muchas cocinas, especialmente en la asiática, por su versatilidad y alto contenido nutricional. Contiene proteínas de alta calidad, bajo en calorías, es una excelente fuente de hierro, contiene calcio, propiedades antioxidantes y puede contribuir a la salud cardiovascular y ósea. También es bajo en grasas saturadas.
Bueno, volvamos con la degustación Tofu Furai Vegano. Se presenta en pequeños cortes tipo sushi, muy sabrosos y bien pensados en la salsa acevichada. Posee texturas y crujencia. Creo que es un plato que todo tienen que probar.
Y por último, nos trajeron el ceviche vegano (champiñón fresco, cebolla morada, pimentón, kakiage de camote, cilantro y mango, bañado todo en salsa acevichada Quimey). Excelente combinación de sabor y acidez, un buen plato para iniciar una comida o conversar un cóctel.
Las variedades de ceviches han llegado para quedarse, ampliando las ofertas de los restaurantes, pero también ampliando la creatividad de los cocineros. El concepto se ha expandido, ya no sólo se elaboran ceviches de pescado, ahora encontramos de verduras o champiñones y otras delicias. No hay un ceviche único, ahora encontramos distintas propuestas. Cada restaurante tiene un ceviche distinto.
Ahora bien, reflexionemos, hagamos un paréntesis y formulemos una pregunta: ¿qué es un restaurante? Esto, a propósito del Quimey y su propuesta. Un restaurante es un espacio de confianza, un lugar en que los comensales nos entregamos, libremente, a degustar y comer lo que se ofrece. Por lo mismo, hacer bien las cosas es fundamental para que la confianza se mantenga. Se confía, se cree en la fiabilidad, la verdad o la capacidad de alguien o algo. Sin confianza no hay cooperación ni convivencia. Sin confianza nos perdemos de los otros, dejamos la humanidad. La confianza es la amalgama social que nos permite relacionarnos unos con otros. Confianza en otros: parejas, amigos, familia, extraños; confianza en ideas: religiosas, filosóficas o políticas u otras; confianza en instituciones, tanto privadas como públicas; confianza en la política y la democracia. En fin, necesitamos la confianza para la vida en sociedad.
Por lo mismo, debemos entender que los restaurantes tienen una responsabilidad social de la que no siempre son conscientes. No es sólo comida lo que hacen, también entregan confianza. Es por ello que la preocupación de un restaurante tiene que estar en la calidad de los productos que ofrece y en la higiene como base central de todo su quehacer (cocina, baños, salón, etc.), porque, finalmente, el comensal cree o quiere creer que todo está bien; cree y quiere creer que la cocina está limpia; cree o quiere creer que los productos son de calidad y bien cocinados; cree o quiere creer que hay una preocupación por él como cliente por parte de todo el sistema del restaurante. En otras palabras, el comensal pone su confianza cuando entra y come en un restaurante. Cierre de paréntesis y continuemos.
El Quimey tiene algo que otros no tienen, es el único espacio gastronómico donde pueden ir todos a comer. Un restaurante al que toda la familia puede ir: veganos, vegetarianos, intolerante al gluten y a la lactosa, y por supuesto, personas que no lo son. Eso hace una gran diferencia. Pero, además, tienen una buena cocina. Se come rico en el Quimey. Dicho esto, sigo relatando la visita que hicimos al restaurante, porque ahora vienen los sushis.
Pedimos el Premium Miyagui Roll (salmón, camarón, queso crema, cebollín, envuelto en salmón apanado gluten free, sin arroz, acompañado de salsa cream cheese Quimey sin lactosa); el otro fue el cevichado sushi roll (camarón apanado, queso crema, envuelto en palta, cubierto con ceviche de salmón, pescado blanco y salsa acevichada); y el último, Premium Rainbow Roll, sin arroz (pollo furai, queso crema, palta y ciboulette, envuelto en plaqueta arcoíris de salmón, atún, palta, queso crema, ciboulette, kakiage de papa camote y sésamo, todo sobre un espejo de maracuyá). Estos tres tipos de roll me parecieron muy sabrosos, buen manejo de la técnica y los productos. A mí, en particular, me gustan los sushi, pero sobre todo me gusta la combinación de sabores que se da en ellos, y estos, los del Quimey, lo tienen, tienen eso de variedad de sabor en un mismo bocado. Me gustó la presentación de los platos. Y algo que se me olvidaba contar, el maridaje lo hice con cerveza Daura, del tipo lager, libre de gluten, que le dio el toque a cada plato.
Se está bien en el restaurante Quimey, nos gusta, tanto su ambientación como su comida. Si bien aún tienen que profesionalizar y mejorar el servicio en el salón por parte de las y los garzones (no dejar de lado los tiempos de llegada de los comensales, atenderlos, preocuparse por ellos), es una excelente propuesta gastronómica.
Pero como aún no terminamos la degustación, sigo con los dos últimos platos que no podíamos dejar de probar. Pedimos la empanada frita de queso (sin lactosa) y pastel de jaiba sin lactosa (base crema, mantequilla, queso mantecoso, pimienta, sal y pan rallado). Dos platos típicos que podemos encontrar en muchos restaurantes, la diferencia es que acá son sin gluten. Tanto la empanada como el pastel de jaiba estaban muy ricos, sin ninguna diferencia con preparaciones tradicionales. Los dos estaban cremosos; la masa de la empanada crujiente. Por otra parte, el pastel de jaiba con la textura de la jaiba y con mucho sabor. Dos buenos platos.
Se agradece la inclusión del restaurante Quimey, inclusión necesaria, porque, finalmente, la gastronomía es social, inclusiva. La comida nos une y nos enriquece. - Quimey Fusión y Gluten Free
- 5 Norte 217, Viña del Mar
- Instagram: @quimeysushi