RELOJ DE ARENA De Edison a Morat
Intento hacer un análisis del éxito del grupo colombiano Morat en su noche festivalera. Incursionan con acierto en el llamado pop latino, variable musical del tradicional rock de los 50 del siglo pasado, con raíces en Estados Unidos y Gran Bretaña. Numerosos consagrados, como Elvis o los Beatles, y cientos de seguidores exitosos.
En el rating, sintonía medida en la audiencia que tenía los televisores encendidos, las cifras marcan 26,8 para Morat. Dentro de los top ten, hay otros grupos o figuras individuales, como Myriam Hernández, 39,6, y la humorista Chiqui Aguayo, levemente sobre Myriam.
Esta medición puede no ser muy precisa, pues busca determinar la sintonía sobre la cantidad general de receptores de TV que se encuentran encendidos, esto mediante un enlace técnico con cierta cantidad de hogares supuestamente representativos de la población en general. En el fondo, la misma metodología que se aplica en las encuestas, materia que da para las más variadas interpretaciones y decisiones. De lo focal a lo general.
Esta modalidad no representa, necesariamente, la acogida que cada artista o grupo ha tenido en el Festival "en terreno" comparándola con el Festival "en pantalla", a domicilio. En el primer caso, el público está cautivo en la Quinta Vergara, con escasa movilidad, condenado a aceptar la "pausas" publicitarias y limitado en sus movimientos para alimentarse o ir a los baños siempre congestionados.
Mientras tanto, lo seguidores "en pantalla", en sus casas, no están atados a una tribuna. Pueden alimentarse a su gusto llegando, si lo desean, hasta la gula, y también disfrutar de la comodidad e intimidad del baño propio. A la vez, pueden hacer el zaping que altera cualquiera medición.
Numeros y aclamaciones
Pero demos por confiables los números de rating entregados por Mega, la señal propietaria del Festival, antiguamente patrimonio de Viña del Mar.
Ahí llegamos a los colombianos, que se mantuvieron 120 minutos sin pausa en el escenario, en medio de las aclamaciones del "respetable". Dos horas de actuación con las acrobacias de un guitarrista y la veloz y acertada multiplicación de los toques del baterista en cada instrumento.
En el más tenso y definitorio encuentro de fútbol, 90 minutos con un entretiempo y la alternativa de hacer cambios en cancha, son posibles los instantes de respiro de cada uno de los 22 jugadores. El arquero, por ejemplo, si bien debe calcular por qué lado llegará el disparo fatal, puede pestañear y hacer un movimiento relajatorio.
En el caso de un conjunto como Morat no cabe libertad escénica, salvo para improvisar, materia que puede llevar a la gloria o al infierno…
La medición de sintonía en Viña del Mar llegó a los indicados 26,8 puntos, cifra sobre la cual se puede dudar. Pero fuera de estos números locales, el grupo presenta uno muy concreto, 15,6 millones de oyentes mensuales en Spotify y 7,5 millones de suscriptores en YouTube. Estas cifras son la expresión concreta de pagos que se hacen por escuchar sus temas. Conclusión: simplemente, en la Quinta o en la oferta digital, conectan con el público.
Los sistemas digitales indicados han reemplazado a las primitivas grabaciones que primero en cilindros y luego en discos aparecieron el siglo antepasado y permitieron conservar y multiplicar el registro de la música instrumental y vocal.
El registro escrito tiene siglos y su fácil conservación y multiplicación nos llega con Gutenberg recién en el siglo XV.
El fonógrafo fue invento de Tomas Edison, 1877, que se daba tiempo para inventar de todo, además de la famosa ampolleta que cambió la iluminación del mundo. Una de sus creaciones poco conocida es una casa que, afirmaba, duraría mil años…
El concepto de grabación de Edison, el uso de cilindros de cera o cartón, fue reemplazado exitosamente en 1888 por el alemán Emil Berliner, quien lo aplicó en un disco de acetato, mucho más práctico que el cilindro, pese a ser quebradizo. La idea avanzó en el siglo XX con la electrónica y materiales nuevos e irrompibles como el conocido vinilo.
ASOMBRO EN VALPARAíSO
Retrocediendo en el tiempo nos asombramos al encontrar en 1878 al porteño Arturo Salazar, quien construyó un fonógrafo siguiendo la idea de Edison que había leído en este Diario. El éxito del artilugio aparece en una información:
- "Anoche pudieron presenciar muchas personas ese verdadero prodigio o fenómeno …El fonógrafo habló, cantó, silbó, tosió; en fin, reprodujo con toda fidelidad cuanto se le dijo al oído, que algo así es el aparato por donde se emite la palabra, con la diferencia que por el mismo oído habla después el fonógrafo".
Ya en 1890 el fonógrafo formalmente irrumpe en Chile con audiciones públicas, ante lo cual la Municipalidad de Valparaíso estableció normas para la "moralidad" de su uso y también para la sanidad de los oyentes, pues la música emitida era entregada a través de primitivos fonos que se ponían al oído. Al ser usados por varias personas se disponía su desinfección con "una solución de sublimado corrosivo al uno por mil". A la vez, "quedan absolutamente prohibidas las audiciones reservadas y cualquiera otra de carácter inmoral".
Las normas indicadas y la acogida del público a la "música envasada" significan un cambio social y cultural. Más allá de lo público, en las casas aparecía un nuevo "mueble", de buenas dimensiones que exigía espacio y reemplazaban con ventajas al piano que tenían muchas familias a veces con obligados intérpretes que se lucían en encuentros sociales.
El fonógrafo y luego el gramófono, con su enorme bocina, y la victrola a cuerda dieron paso a tocadiscos, amplificadores y altoparlantes que aprovecharon el desarrollo de la electrónica. Los discos, con variadas velocidades, alcanzaron gran calidad en la reproducción, caso de los conocidos vinilos que giran a 33 1/3 revoluciones por minuto. La conservación de música y palabras también logra un espacio en las grabaciones en alambre y en cinta magnética, modalidad de gran flexibilidad en usos profesionales o domésticos. A continuación, viene el DVD.
Inversiones y espacio
Todo esto significa espacio en las casas, inversiones para los aparatos mismos y para los discos. Así, tenemos valiosas colecciones de grabaciones, que junto a los sistemas de reproducción llegan a ser un problema. Pero todo en función del agrado y la comodidad que significa esta música envasada cuyas raíces se remontan a la creatividad de Edison.
Claro que es difícil y costoso disponer de todo, de las grandes creaciones de Chopin o de los últimos éxitos del rock en sus variadas expresiones.
Con todo, caprichosos, queremos escuchar de nuevo los aplaudidos temas de Morat. "Como te atreves", "Faltas tú", "Salí con vida", "Besos en guerra"… En fin, el menú es extenso y debo escoger. ¿Comprar los discos o álbumes?
Bueno, eso es historia antigua, simplemente Spotify. La aplicación en un discreto celular y la reproducción en un modesto JBL, parlante con amplificador incluido, ambos aparatos conectados por bluetooth, nos llevan al retal informático donde elegimos lo que queremos.
Y así, con un aceptable pago, disponemos de una casi inagotable discoteca o, sistema similar, de una amplia biblioteca donde el libro digital viene y se va sin ocupar espacio. Igual, aunque sólo sirva de adorno, el viejo libro lo respetamos tal ocurre con ese tocadiscos Garrard, pieza de colección, que acoplado a un enorme equipo de alta fidelidad ofrece todavía una incomparable, dicen, reproducción de alta calidad.