El desafío de las ciudades verdes
En el PCdV, autoridades y ejecutivos de empresas analizaron el futuro de la sostenibilidad en la Región de Valparaíso. Encontrar una solución a los problemas de la sostenibilidad requiere de una cooperación público-privada estrecha y espacios de diálogo permanentes.
Organizado por El Mercurio de Valparaíso y su suplemento Valparaíso Región Sostenible, el conversatorio "Ciudades Verdes: El desafío de transformar la Región de Valparaíso", realizado ayer, en el Parque Cultural de Valparaíso, fue una oportunidad de establecer un camino de diálogo productivo y con evidencias en torno a los desafíos que poner por delante en el que quizás sea uno de los temas más importantes del presente y futuro de la zona. La sostenibilidad, coincidieron los expositores, es una materia ineludible, pero, también, un tema abierto a nuevas tecnologías y posibilidades.
La Región, explicó el coordinador Nacional del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Marco Antonio Bravo, está afectada por varios de los fenómenos enumerados por Naciones Unidas como factores de riesgo ante el cambio climático. El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción Valparaíso, Fernando Bustamante, en tanto, advirtió los retos que representa para su industria el uso del agua en un contexto de preocupante y extensa sequía. Para ellos, así como para la gerenta de Medio Ambiente de Anglo American, Kattherine Ferrada; la gerenta de Medio Ambiente del proyecto Las Salinas, Stephanie Rotella, y el gerente general de EBI Chile, José Luis Navajas, encontrar una solución a los problemas que plantea la sostenibilidad requiere de una cooperación público-privada estrecha, una capacidad de coordinación constante con la academia -para un trabajo basado en evidencia-, y la construcción de espacios de diálogo permanentes. Es contraintuitivo, pero cada vez ocurre con mayor frecuencia que esta apertura de muchas empresas a poner sobre la mesa sus ideas y proyectos contrasta con la obstinación de algunas agrupaciones que prefieren cerrar la puerta a toda idea nueva, sin mostrar ninguna evidencia de que este bloqueo permanente representa algún beneficio para una ciudadanía.