LA TRIBUNA DEL LECTOR Hagamos goles
POR ALFONSO SALINAS MARTÍNEZ, PRESIDENTE ASOCIACIÓN DE EMPRESAS REGIÓN DE VALPARAÍSO - ASIVA
Así como en el fútbol, a Chile le cuesta hacer goles. Diagnosticamos bien, pero no concretamos. Y eso, en política pública, también se paga con fracasos.
Son muchos los temas donde no hemos sido capaces de avanzar lo suficiente. Tenemos los diagnósticos, pero no logramos cerrar brechas con la rapidez necesaria. En educación, salud, seguridad, campamentos, crecimiento o I+D, pese a promesas y esfuerzos, falta efectividad.
En cada ámbito suele haber una visión conceptual -digamos ideológica- sobre cómo abordarlo. Luego debería venir un plan de acción y, finalmente, la ejecución. Muchas veces quedamos entrampados en lo ideológico. Pero incluso cuando hay consenso, tampoco logramos avanzar hacia un plan claro, con plazos, presupuesto y responsables. Y cuando eso sí existe, fallamos en la ejecución.
Cuesta encontrar políticas públicas que hayan resultado bien últimamente. Los Panamericanos, quizás. Fijarse una meta, trazar un plan y alcanzarlo -con recursos siempre finitos- requiere priorizar, lo que implica dejar otras cosas de lado. Y eso exige convicción, porque es fácil picotear de todo un poco, sabiendo que así no se resuelve nada.
Tomemos el problema de la violencia en los estadios. Comenzó más o menos al mismo tiempo que el fenómeno de los hooligans en el Reino Unido. Pero mientras allá, tras un par de tragedias, fueron capaces de erradicar el problema y hoy juegan a estadio lleno y sin rejas, acá estamos igual o peor. Han pasado gobiernos de todos los colores y no avanzamos.
Los ascensores porteños han tenido una suerte parecida. Mientras en lugares como Medellín se ha logrado revertir el deterioro urbano, Valparaíso sigue estancado pese al paso de varios gobiernos.
Otro ejemplo: el comercio ambulante. ¿Dónde estamos detenidos, en la parte ideológica, en el plan o en la ejecución? Sin duda es un tema difícil, pero ¿tanto como para que no tenga solución?
Si ampliamos el foco a la delincuencia, ahí está el caso de El Salvador: de estar capturado por el crimen organizado, dio un giro radical. Su receta fue extrema y eso abre debate. Pero si no queremos replicar ese camino, entonces busquemos una alternativa que funcione.
Nuestro sistema carcelario está colapsado y no encontramos dónde construir nuevas cárceles (¿por qué no en esta región?). Faltan recursos en fiscalías y en el sistema judicial. Hay barrios críticos que requieren intervención urgente. Las policías no se coordinan lo suficiente y los sistemas de inteligencia son deficientes. Entonces, resolvámoslo. Todo esto necesita una hoja de ruta seria, con acciones concretas, plazos, presupuestos y responsables. Una hoja de ruta que inspire confianza.
Sé que es más fácil decirlo que hacerlo. Pero frustra que no logremos avanzar, aunque sea de a poco.
Una de las principales herramientas para avanzar de manera ordenada es la planificación estratégica. Esta permite descomponer los desafíos en componentes precisas que se traducen en metas e indicadores. Para cada meta, se establecen planes, se asignan recursos y se designan responsables, cuyas evaluaciones (y eventualmente remuneraciones) están ligadas al cumplimiento. Estas metas luego se cascadean a toda la organización, de forma que todos remen en la misma dirección. Como en un equipo de fútbol que se mueve en bloque, cada uno cumpliendo su rol. Los Pladeco, a nivel municipal, y los planes estratégicos regionales deberían operar bajo esa lógica. Y a nivel de gobierno central, los buenos ejemplos siguen ese mismo esquema: un plan de gobierno convertido en metas, indicadores, plazos y presupuestos, con monitoreo permanente y ajustes cuando corresponde.
Estoy convencido de que todos somos responsables si no hemos sido capaces, como país o al menos como región, de organizarnos así. Para lograrlo, se necesita voluntad de todas las partes. Repito: de todas. Poco se gana con recriminaciones. Hay que dejar los egos fuera y meterse de verdad en los temas. La opinología desde el palco no sirve.
¿Y si desde esta región demostramos que sí se puede hacer distinto? Que sí se puede planificar, ejecutar y avanzar, con sentido de urgencia y vocación de servicio. Que empezamos a actuar como una especie de república independiente, desacoplada del empantanamiento nacional.
Yo, como presidente de uno de los gremios importantes de la región, y en nombre de nuestros socios, me declaro totalmente disponible para trabajar así.
Será que, como futbolista aficionado, siempre entendí que los partidos se ganan con goles…