Un plan integral para el comercio
Las últimas cifras de victimización que elaboró la CNC ponen a Valparaíso y Viña del Mar como las zonas más inseguras. Cada día que demoren en rectificar los problemas evidentes que persisten en el ámbito de la seguridad pública, profundizará el dilema del comercio.
Profunda preocupación provocaron los resultados de la encuesta elaborada por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC) correspondiente al segundo semestre de 2024, que puso a Viña del Mar y Valparaíso como las comunas con mayor tasa de victimización a nivel nacional. El indicador llegó a un 66%, tres puntos porcentuales más que en la primera parte del año pasado y muy por encima del promedio a nivel país, que se ubicó en un 61,5%. En cuanto al tipo de delitos cometidos en el territorio, "otros daños materiales al local" lidera el listado, con un 30,2 %, seguido de "hurto hormiga", con un 29,2 %. Destacan también el hurto, con 23,4%, el robo de accesorio de vehículo de uso comercial (12,1%) y el delito económico, con 11,3%. Respecto de la percepción de seguridad del barrio donde se ubica el negocio, el 46,2% de los consultados manifestó que es poco o nada seguro; y en cuanto a la violencia con que atacan los delincuentes, un 52,6% mencionó que es mayor que hace un año y un 28,5% dijo que era igual.
Ante estos resultados, el presidente de la CNC, José Pakomio, pidió a las autoridades un plan integral que cuente con los recursos necesarios para revertir la condición de deterioro que viven los barrios comerciales tradicionales en ambas comunas. La inseguridad de barrios como calles Condell, Pedro Montt y Av. Argentina, en Valparaíso, o el Barrio Oriente y el casco fundacional, en Viña del Mar, tienen un impacto evidente en los establecimientos más pequeños, negocios cuya subsistencia está condicionada al número de gente que transita con calma, vitrinea precios y busca productos variados. La responsabilidad de las autoridades es evidente y cada día que demoren en rectificar los problemas evidentes que persisten en el ámbito de la seguridad pública provocará una profundización del dilema que enfrentan a los comerciantes de Valparaíso y Viña del Mar.