"Niños olvidados": la muestra escultórica que denuncia el dolor del abandono infantil
Exposición que se exhibe en el Senado tiene su origen en la experiencia y el recuerdo del artista y conocido cirujano plástico Héctor Valdés, padre adoptivo de cinco hijos.
Tras visitar diversos hogares de niños -él tiene cinco hijos adoptados-, el conocido cirujano plástico Héctor Valdés quedó marcado por la dura realidad que le tocó constatar en esos establecimientos.
El médico y escultor percibió la enorme soledad de los menores, pero no sólo eso, sino también "la frialdad en que vive, crece y se desarrolla cada niño que se encuentra en el sistema; nosotros lo vemos como espectadores, ellos realmente lo sienten".
Recordó, por ejemplo, a los niños "que estaban ahí, mirando el techo, esperando meses y meses". Algunas de esas imágenes están en el origen de su exposición "Niños olvidados", una muestra de 10 esculturas en bronce con patinada a la cera que fue inaugurada el martes en la galería Pablo Neruda del segundo piso del Senado, donde permanecerá dos semanas.
"Apoyo", "Contemplación", "Desidia", "Caminante", "Abandono", "Soledad", "Miedo", "Resignación", "Desconsuelo" y "Olvido", son las principales obras de esta serie escultórica que el autor trabajó entre Chile y España, donde distribuye su tiempo .
"Son rostros de desconexión con el mundo del cariño, de ausencia, en los que no se espera nada de otros, porque les somos un mundo ajeno, estamos allí como visitantes, como seres extraños llegados de un mundo que desconocen. Ellos sobreviven físicamente y crecen, pero no emocionalmente. No desarrollan el apego ni la necesaria dependencia que se genera en un hogar", reflexiona el escultor.
EVITAR AÑOS DE ESPERA
Valdés sostiene que un Estado que entrega niños después de seis meses fracasa en su gestión, y que la necesaria comprobación de la idoneidad de los padres adoptivos debe hacerse incluso antes de que los menores queden bajo medida de protección.
"La idoneidad debe evaluarse años antes de que estos niños siquiera hayan nacido. Hay cientos de miles de familias en el mundo deseando adoptar hijos. Su evaluación debe estar realizada con anterioridad. Y si desean, tómense el tiempo que quieran y realicen pruebas de todo tipo, sociales, psicológicas, económicas", pero en forma previa.
También formula una ácida crítica a la asimetría con los padres biológicos, a quienes "no se les exige ningún examen ante reparticiones del Estado". Pero lo importante, recalca el escultor y padre adoptivo, es que "ningún niño pase años en un sistema que maltrata, esperando que concluyan los ejercicios psicológicos a quienes aspiran a ser sus padres".
"EGRESOS" A LOS 18
Respecto del programa Familias de Acogida, donde el niño espera su proceso de adopción como un integrante más de un grupo familiar, el escultor cree que no es la mejor solución, porque "le da inseguridad y miedo saber que es un niño objeto transitorio; los lazos que genera le crean dolor e incertidumbre al romperse, pero aún así es mejor que niños en centros del Estado", aunque en su opinión la acogida la debería proporcionar la familia que está esperando por su adopción definitiva mientras se subsana la situación legal del menor.
Pero lo que le parece más grave es lo que ocurre con los jóvenes que al cumplir los 18 años "egresan" de las residencias sin haber sido adoptados. Eso es, a su juicio, "un escándalo y muestra el fracaso del sistema, por no haber sido capaz de proteger a nuestra infancia, de haberle dado a ese niño un hogar".
"¿Las familias lanzan sus hijos a la calle a los 18 años sin formación, sin mesada y sin un lugar donde dormir?", se pregunta Héctor Valdés. "Es la segunda etapa y el broche final de una política hacia la infancia nefasta".
NO VOTAN NI MARCHAN
También plantea que "no deberíamos hablar de otro asunto mientras no resolvamos esto, es una de las prioridades fundamentales de un país".
"Sin embargo, se consumen meses en debates estériles y absurdos, se han malgastado miles de millones de pesos, por ejemplo, en un proceso constituyente, en el que sí se involucró al país entero, a todos los sectores políticos, que solo fue pérdida de tiempo y dinero" que podría haberse destinado "a mejorar la situación de lo que sí importa que son los menores en situación de riesgo".
El problema, dice, "es que, justamente por su edad, los niños no votan, no van a las marchas, no gritan ni rayan las paredes, sólo sufren en silencio su abandono, maltrato y su agonía".
DOLOROSO ABANDONO
- "Entre octubre de 2021 y noviembre de 2024, subió 33% la cantidad de niños de 0 a 3 años en residencias, de 508 a 677", entre otras cosas por mayor cesión voluntaria, declaró el director del Servicio de Protección a la Niñez y Adolescencia. ¿Qué opina de eso?
- Es una muestra del empobrecimiento de Chile, tanto económico como moral. Del aumento de la desintegración familiar, de la nula responsabilidad frente a la decisión de un embarazo, de la precariedad de valores que se enseñan en los colegios y escuelas, de los currículum escolares donde ética, filosofía y valores se enseñan poco y cada vez menos.
- El mismo director nacional expuso que "en octubre de 2024 nacieron 10.749 niños, y en el mismo mes recibimos de los tribunales de familia 16.830 menores". O sea, 57% más de niños derivados a protección de los que nacieron. ¿Qué es lo que anda mal?
- ¿Mal? La moral, la familia, la economía, el trabajo y el esfuerzo, porque una familia significa esfuerzo común entre los adultos que la componen. Mal el compromiso personal de lo que significa embarazarse y tener un hijo, la formación, la educación recibida, los valores morales y nacionales, la solidaridad incluso con su propia descendencia y familia, con su hijo; anda mal toda la estructura de apoyo social.
En resumen, afirma, eso revela un gran fracaso "de una política de asistencia multimillonaria dilapidada en personas en distintos puestos de la administración del Estado" en desmedro de los niños desamparados.
Finalmente, Héctor Valdés recuerda que "la Organización de las Naciones Unidas estableció hace ocho años que Chile y su institucionalidad violaron sistemáticamente los derechos humanos de los menores de edad que estaban bajo su cuidado; por lo mismo, es imperativo avanzar en fortalecer el modelo de familias de acogida para hacerse cargo de distintos perfiles de necesidades. Para mí esto es una obligación y, a través del arte, quiero ayudar a mejorar nuestro entorno de una forma positiva". 2
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl