Otra función en el teatro del poder
La candidatura de Francisco Chahuán en las primarias de Chile Vamos parece menos una contienda real y más un cálculo estratégico. Es, en palabras de Marco Moreno, "una pantomima", un montaje electoral cuyo objetivo no es elegir al mejor candidato, sino mantener una narrativa visible en la agenda política.
La sorpresiva irrupción de Francisco Chahuán como candidato en las primarias de Chile Vamos, tras renunciar a Renovación Nacional, ha despertado más suspicacia que entusiasmo. Lo que a primera vista podría leerse como un acto de valentía política o una reivindicación personal, pronto se revela como parte de una estrategia más profunda -y más discutible- en la interna de la derecha chilena.
Lo que se configura, según varios analistas, no es una contienda democrática genuina, sino un ejercicio de simulación. Un ensayo general para evitar que Evelyn Matthei quede fuera de la conversación pública durante los meses en que la primaria del oficialismo acaparará pantalla. Es, en palabras de Marco Moreno, "una pantomima", un montaje electoral cuyo objetivo no es elegir al mejor candidato, sino mantener una narrativa visible en la agenda política.
Chahuán, que no puede reelegirse como senador y ve cerradas varias puertas dentro de su partido, busca una salida elegante. Ser candidato le da visibilidad, controla su destino, y -quizás lo más importante- asegura su continuidad como actor relevante en la derecha. Incluso si pierde, puede salir bien aspectado para futuros roles parlamentarios o ministeriales. Lo sabe. Lo sabe su entorno. Y lo sabe también Renovación Nacional, partido que proclamó tempranamente a Matthei pero hoy parece dispuesto a reacomodar lealtades.
¿Dónde queda la convicción política en este juego? ¿Qué mensaje se envía al electorado cuando una primaria es organizada con el resultado prácticamente preconfigurado? La ciudadanía, cada vez más crítica y desencantada, no busca simulacros ni pactos entre cuatro paredes. Requiere debates reales, competencia sincera y liderazgos que emerjan con claridad y propósito. De lo contrario, las primarias no serán más que otra función en el teatro del poder.