Correo
Siervo de Dios
El Papa Francisco ha retornado a la Casa del Padre, los católicos le agradecemos sus 12 años de servicio como pastor, un servidor humilde, sencillo, caritativo y preocupado por los desvalidos. Que su ejemplo nos guíe.
"Quisiera que volviéramos a esperar en que la paz es posible", fueron algunas de sus últimas palabras en público el Domingo de Resurrección.
Carlos P. González
De raíces evangélicas
Doctos y vaticanólogos subrayaron en su oportunidad que la elección de Francisco no había sido una casualidad. En una de sus primeras apariciones públicas, el domingo 17 de marzo de 2013, se podía leer una pancarta que decía: "Francesco, tu sei la primavera della Chiesa" (Francisco, tú eres la primavera de la Iglesia). El tiempo confirmó que la pancarta tuvo un carácter profético. Francisco trajo una renovada frescura y dinamismo a la Iglesia Católica por su estilo de comunicación cercano, su enfoque en la misericordia y la inclusión.
En varias de sus locuciones y de sus mensajes expresados con anterioridad a su elección como Sumo Pontífice, expresó la necesidad de renovar la Iglesia con el fin de que sea más cercana a su fuente de inspiración, el Evangelio, y más acorde a su misión en el mundo, la de irradiar la palabra liberadora de Dios a toda la humanidad. De ahí que el nombre del santo de Asís fue más que una simple elección, estaba la voluntad de reforma, de reconstrucción de la Iglesia y de un deseo de acercarla a sus raíces más profundas evangélicas: pobreza, simplicidad, mansedumbre y espíritu de fraternidad universal.
Durante su pontificado destacó constantemente la necesidad de ser más audaces y creativos frente a los grandes desafíos que tiene la Iglesia en el mundo. Así habló de una "Iglesia en Salida", acercarse a las periferias, tanto sociales como existenciales, salir de sus anquilosadas estructuras para estar presente en la vida cotidiana de las personas, especialmente de los marginados, excluidos, de los que sufren vulnerabilidades, porque la Iglesia debía acompañarlos y estar a su servicio.
Nicolás Kipreos Almallotis
Legado que trasciende
Con la partida del Papa Francisco, el mundo despide no sólo a un pontífice, sino a una voz moral que supo interpelar al poder desde la humildad. Su legado trasciende los muros del Vaticano: nos deja una Iglesia más cercana a los pobres, más consciente del dolor del mundo y más valiente para hablar de lo que antes callaba.
Francisco nos enseñó que la fe no debe vivirse en las alturas, sino en las periferias, donde habitan los migrantes, los descartados, los olvidados. Su lucha contra los abusos, su clamor por una economía al servicio del ser humano y su encíclica Laudato si -un grito por la Tierra- son faros éticos para creyentes y no creyentes.
Fue un pastor que prefirió la ternura al dogma, la compasión al juicio, el encuentro al enfrentamiento. Nos mostró que el Evangelio se predica con gestos, no con privilegios, y que el poder sólo tiene sentido si es para servir.
Hoy la humanidad pierde a un guía, pero su mensaje sigue: una invitación constante a la fraternidad, al diálogo, al cuidado del otro y de la casa común.
Rodrigo Durán Guzmán
Herencia intelectual
El fallecimiento del Papa Francisco nos deja, además de su legado espiritual, una herencia intelectual clave para la era digital que estamos viviendo: la "algor-ética". Este neologismo, acuñado por el propio pontífice, es una llamada urgente a incorporar principios éticos en el corazón del desarrollo de la inteligencia artificial. Francisco no se limitó a advertir sobre los riesgos de la IA -como la deshumanización, los sesgos algorítmicos o la carrera armamentística-, sino que propuso un marco integral donde la tecnología esté siempre al servicio del bien común y la dignidad humana.
En Antiqua et nova, una nota sobre la relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana, el reciente mes de enero, el Papa subrayó que la IA, por fascinante que sea, jamás debe sustituir la capacidad de discernimiento y decisión moral del ser humano. La "algor-ética", entonces, exige que los algoritmos respeten valores como la equidad, la transparencia y la privacidad, y que los desarrolladores de estas tecnologías asuman la responsabilidad social de sus innovaciones. Así, el Papa nos recuerda que la última palabra debe seguir siendo humana.
Junto a su legado, el desafío que nos deja es bastante claro: construir una nueva revolución tecnológica que amplíe nuestra humanidad, continuando con su desarrollo, pero con la ética como la brújula de todo avance digital.
Fernando Roa
Conmueve al mundo
La muerte del Papa, jefe de la Iglesia católica, conmueve al mundo entero, católicos y no católicos, porque se reconocen sus buenas intenciones. Francisco vivió preocupado por los pobres del mundo.
Nuestro arzobispo de Santiago ofició inmediatamente una misa por el alma del Papa Francisco e invitó al mundo político a acompañarlo. Se pudo ver en primera fila de la catedral principalmente a candidatos presidenciales de partidos que no se caracterizan por su religiosidad, pero son solidarios cuando el evento puede redituar votos.
Marcos Concha Valencia
Candidatos
El reciente anuncio de la candidatura a diputado del animador de televisión Juan Carlos Valdivia, reabre un debate urgente: ¿qué filtros están aplicando los partidos políticos al momento de definir a sus candidatos?
La experiencia nos demuestra que la incursión de figuras del espectáculo en el ámbito legislativo no ha tenido, en general, buenos resultados.
La política no puede seguir siendo un trampolín para revitalizar carreras en decadencia. Convertir el Congreso en un reality show no sólo debilita la institucionalidad, también daña la confianza ciudadana y posterga las soluciones que el país requiere con urgencia.
No necesitamos más improvisación. Es hora de tomarse la política en serio.
Joaquín Sanhueza Rivas